de
la_
Cmnpa?íia
de
Jefus.
1
o
3
y
con los
dedos fe
aprietan
para exprimirlo.
EL
pincel
de que fe valen para pintar la cera , tiene
de
largo como tres anchos de un dedo ,
o
algo
mas:
es delgadó por lo alto,
y
fe encaxa en
un
pequeño palo, que le firve de mango.
Eíh1
hendido
por
el cabo ,
y
enmedio forma un circulo, en
el
qua\
fe
afianza
un
peloton de cabellos del tamaño
de una nuez 1nofcada. Embeben los cabellos la ce..
ra cáliente ' que corre poco
a
poco
por la
cxtrelni~
dad
del
pincel.
Lo-dicho, Padre mio , es
lo
que
he
podido
_ ?prender de la Fabrica de las telas pintadas de la
In~
(Ha.
No
se
li
havre fido mas feliz en mis defcubri–
nlientos' que los que me precedieron'
e
intenta–
ron hacerlos en efie genero. Como no tenían la
praética de la Lengua , la qual es abfolutamente
néceffaria para converfar con los Pintores, ni cof–
turnbre de tratar con ellos;
y
que por otra parte fu
Profefsion ,
y
efiado infpirada naturalmente
def~
confianza
a
los t1midos Indios, dudo que hayan
podido executar bien l¡:¡s ordenes , que les fueron
remitidas fobre efia materia. No quiero fer ref
..
ponfable
de
la verdad de todo lo que he referido:
porque es dificulto[
o·,
que no fe halle alsun
er~
ror,
y
alguna mala inteligencia en lo que
fe:
apren~
·de de gente, que faben mejor trabajar , que expli–
carfe; peto en fin, no , haviendorne valido de un
Pintor folo, haviendo confultado
a
muchos ,
y
fien–
do dificil moralmente, que fin faber los unos de
los otros· ,. huvieífen
todos concordadofe para
engañarme , no es verilimil que yo tne
haya
apartado 1nucho de la verdad.
Quedo
~. &e!.
CAR~
...._
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