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Co
no lo ha
y
en 1a
Cax
t
d ..
la
Provincia,
u
del Pueblo.
n fin , quie–
ren de(pedirfe
d~v
fu ¡\1agell:ad , y recibir
fus
ultimas
Iníl:ruc iones : fon reprehendidos por no haverfc
puefl:o en
camino~~
Parten al fin,
todos
los
ven
paf
..
far,
y
el Pueblo
aplaude
a
los
Cotniffarios , que
van
a dar de
co ~
1er
a los
pobres
de la Provincia
necefsitada; pero los qwe padecen, tienen tiempo
de
fobra para
1norir
de hatnbre,
antes que les
llegue
el
remedio. Los que no
efperan
haíl:a el
ultitno
e~tre-.
mo, fe arrafrran corno pueden hafra las otras Po-–
blaciones,
donde
pienfan , q e
hallaran
de
comer;
pero
dexart lietnpre
en
el
can1ino
n1ucha
parte
de
fus
familias,
que tnucre de tniferta.
Tal es
la
prattica ordinari:t
en las Provinciag
mas lexanas ; porqlle en
la
Cor~e,
y
Provincias
ve–
cinas ,
hay
fiempre provifton
de Arroz
para diez
aí1os.
Su
precio nunca fu'Je
en
Pekín;
y
por
poco
que
fubiera,
baria fu Mage(lad vender el
fuyo
al
lJueblo al precio
con1un~
La lentitud
para
~on
las
otras Provincias , proviene de muchas
caufas:
t
ca~
re; algunas, que os
pondran
mejor
en el
hecho.
La
primera es, qtl'e los Grandes Mandarines , que
fon como
Supremos
Intendentes
de los Pofitos
¡)u.,
blicos ,
confian fu direccion
i
unos hombres ,
que
mas merecen
el
nombre
de
Arp!as :
fon
lobos
ham~
brientos,
que guard1n
el ganado.
\]fa
efl:a canalli
de
n1il
arc·ficios
para
robar : reprefenta
a
los
pri–
meros Mandarines,
y
eílos al
Emperador, que
el
Arroz
es
demaGado añejo : que fe pierde con
la
hu ,
m
edad:
que lo
co1nen
los
gufanos:
que es
precif~
renovarlo:
que eltnas
corto medio
feria
venderlo,.
para compar
ot~Q
nuevo; pero
~e p_e~d~ria
mu
~
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