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Cattas
de
!ds
Mifsionei
guiado,
y
hecho una maífa. Para purificar efla pri-–
mera
operacion,
(e
val t n de una cofayna de co–
bre :
bufcan
alguna tapia
vieja hecha
de
tier–
ra ,
y
de e11a
fe
machaca una
parte,
y
fe
reduce a
un
polvo
muy
delgado,
y
fe
pone en el fondo
de
la valija.
Sobre
efia
capa
de
tierra
fe
echa
otra
de
Alcanfor,
y
afsi fe alterna quatro
veces ,
y
fo–
b
e
la
ultima
capa ,
que
es de polvo
1nuy
fino ,
fe
ponen
unas
hojas
de la planta
11arnada
Poleo.
Ef–
tando afsi defendida la
vafija
de
cobre, fe
pone
otra
encima;
y
para que
ajnfien
bien ,
y
fe deten–
ga la una
f
·bre la
otra , fe
da
al
rededor un
baño
de de a dlmarilla.
Efiando
la vafija
llena de
efia
ez
,la ,
fe pone
fobr~
la lumbre ,
y
fe
tiene
cuida–
do, qu . el fu go fea arreglado, igual,
ni
dernaíia–
do fu ;) rte, ni
demafiado lento.
Enfeña la expe..
riencia el
tnedio
que fe ha
de guardar. Pide mucha ,
atencion
el
baño
de
tierra pegajofa,
que
ajufia los
dos
vafos,
para
que no
falgan
por
alguna
abertu–
ra las partes efpirituoías,
y
no
fe
pierda
la
ope–
racion.
Haviendo efrado hallante tiempo fobre la Ium•
bre,
fe
dexan
resfriar las vafijas,
fe
quita
la
que
fir–
:ve
de
tapa,
y
fe
halla el "L\lcanfor
fublilnado ,
y
pegado
a
ella. Si
fe repite la
operacion
dos ,
o
tres veces , fe facaran bellas particulas de Alcan–
for.
Las
veces que fe
quifieífe
fervir
de
cierta
can–
tidad de
Alcanfor,
fe
pondra
entre dos
vafos
de
barro ,
cuyos bordes fe taparan bien con papel
mojado ;
y
haviendolo tenido fobre
una
lumbre
moderada'
e
igual' como por una hora'
y
dexan~
do enfriarfe el vafo , fe tendra un Alcanfor per·
feétQ
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puede al punto ufarfe. Lo
qué
aca-