de
la
Compañia
de
JejtiS.
2
3
1
j,
aqui, ni tnor ras
pa~·a
al"n cntartc,
i.zarzas )a·
~'
r {ubir,
y
baxar,
nt para d _vanar
tll
íed · ,
y
h -
,, cer tu algod n.
u fuerte
fcra
e
ar
p
g~
o ,
h·
f–
' ' ra que llegues
a
fervir de d le
en
nuefrras
,, me
fas.
Har1a
creer eíl:e modo
de
hablar,
que
aquí
fe
trat
de un verdadero
gufan
de
fe
a ; pero cxa–
n1inan
iol
de
cerca, quand
eft1
d
axo
e tier–
ra, a
pe
n~.
s
f
pue e apercil ir una
ligera
fenlejan–
za ;
y
en
rcL
lidad
no es
otra
cofa, ftn
la
eb
lla
de la planta ,
pe
0
ad
a la
·atz
co
a g...1nos
il -
eh s, a modo de gufano de
~
da, u horuga :
y
d~
11
, cotno de muchas otras ra1c s ,
[e
hacen dtl .
ces
bafrante
buenos.
Efl:a fa ilidad de algunos Ch!n s en hallar
lo
maravi!lofo, donde no efi
1,
no paífa a fcr regla
general. Alr;,unos
fin
haver
hecho grandes progref–
fos n a PhyGca, no dexan de conocer la
natura–
leza,
la razon de fus efe os. Haviendo bufe"
do
en el Bo anico Chino , l0 que fe dice del Abartco,
de las excrefcencias raras ,
y
entre ellas de las di–
ferentes efpecies de Muerdago, que falen ,
vi'
en,
y
Cl
eeen fobre tantos arb 1 s, no fe contenta el Au–
tor
con
la
gerigonza
vaga ,
de que fe valen los que
or toda refpueHa dicen, 1ue
ef[l
es la calid·1d,o na–
turaleza de las cofas,
y
bufca las cauC s ocultas en
tales efectos: las atribuye, o a las femillas futiles
de
las planr-as llevadas
por 1
s
ayres Gn que 1 s vea–
n1os,
y
que fe
pren
l
n
a
1
as
pa
rtp.s
de
1
s
arboles,
que fon a propoí ro
PL
1
a
1
cibirlas '
y ayudarlas
a
pt· ducir fu prop ·a efpeci
; o a la
av s , que hae»
vier
dofe
alin1
ntJ.d _ d
fcn1illas,
que no pueden
djgcrir,
las depone
fobre
l
; ~
arboles, fin haverla
hecho daño,
Y.
alli
produce~
li
halla mat
ria
pro-
por-