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LA INQUISICIÓN
vimientos, ·que no se acabarán de decir en mucho
tiempo;· pues se atrevió un oidor, que se dice el Li–
cenciado Matienzo, á casar ·su hija con su hijo de
Francisco de Aguirre estando presos por el Santo
Oficio,
y
con esto
y
por estar ausente el señQr Obis–
po, han tomado tanta avilantez los que están presos
y
los jueces desta Audiencia con sus ministros, que
no basta que los presos no guardan carcelería, sinó
que los ministros y el juez que fueron en prender á
unos homdres tan facinerosos, son perseguidos con–
tra toda justicia, algunos diciendo que no hay en es–
tos reinos jueces del Santo Oficio,
y
otras desver–
güenzas, y esto porque ellos son supremos y no que–
rrían que hobiese otros mayores,
y
también por dar
contento al oidor Matienzo, porque lo mismo haga
él cuando se ofreciere,
y
esto porque casó su hija
con el que estaba preso por el Santo Oficio, pensan–
do que su hija ha de ser gobernadora;
y
desto ha
crecido grandemente el bando de los que van
y
se
levantan contra la ley de Dios y contra su Iglesia y
ministros della, que no saben las gentes
á
donde pa–
rará. A V. S. Ilma. Rdma. suplico por revereneia de
Jesucristo mande algún remedio, con aquel santo celo
que siempre
V.
Ilma.
y
Rdma. Señoría tiene en de–
fender la honra de Dios y ele su Iglesia y ministros,
para que se impidan y arranquen tantos y tan gran–
eles males, pues son tales que no osan los cristia–
nos enviar cartas ni avisos
á
esa vorte, ni á mí me
dejan salir para ir
á
dar cuenta
á
S. A.
y
á
Vuestra
Ilustrísima
y
Reverendísima. Señoría, porque por
vías disimuladas-i-mpiden
á
los hombres que no ha–
gan lo que quieren, y si hobieracamino, aunque estoy
viejo y enfermo, fuera
á
decir lo mucho
qu~
hay que
escrebir,
y
pues estoy cierto que Dios, nuestro señor,