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encendidas en el Sepulcro, en Belen, Nazaret,
y
otros
muchos Santuarios; ha de atender á la conservacion
y
repa–
raciones de 23 Conventos
y
Hospicios con otros tantos
templos ; ha de proveer lo necesario
a
la vida de los reli–
giosos, de los pobres cristianos, viudas, huerfanos
y
peregTinos. Solo en pan se han dado de limosna, en el ano
_1847, á los pobres 156654. Iíbras. Ademas la Santa Custo–
dia ha de hacer frente á los turcos
y
cismaticos, que
á
menudo entablan pleitos para quitarnos algun Santuario,
sin mas razon que la fuerza brutal. Se ha de reparar la
cupula del Santísimo Sepulcro que amenaza ruina; pues
si nosotros no lo hacemos, lo haran los cismaticos,
y
con
eso pretenderan quitarnos todo derecho,
y
aun echarnos
del Santísimo Sepulcro. Se ha de hacer mas gTaude ll'l
Yg·lesia de san Salvador que es la Yg·lesia parroquial
de Jerusalen,
y
no caben en ella la mitad de los cato–
licos que hay en la santa Ciudad. Se ha de levantar de
sus ruinas el Santuario de la Visitacion, se desean algu–
nas escuelas mas de niños
y
niñas, se quiere hacer una
casa para los huerfanos,
y
algunas cosas mas para el
progreso de la fé, y de la civilizacion
Por otra parte las limosnas de la Europa se van dis–
minuyendo. Si continuan minorandose, la Custodia de Tier–
ra Santa no podra atender á los gastos indispensables,
y
tal vez ni
a
la suJJsistencia de los relig·iosos. Si llega
este caso, todo se perdió. Y
¿
habrá un solo verdadero
catolico en el mundo que quiera se pierdan los Santos
Lugares en que Jesucristo nos redimió á costa de su
misma vida?
¿
Podra mirar con indiferencia caer en poder
de los infieles, cismaticos
y
hereges los Santuarios todos
de la Palestina, por cuya conservacion han echo tantos
sacrificios los catolicos de los síglos pasados
? ¿
No ten.,.
dra pena alg·una al ver cerrarse las puertas de loa
l.;H-
,
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