Pobreza
~ue
deben g uar–
dar
los Mi–
sioneror.
De la impre–
sion de los
li–
bros, y
de
lo
que acerca de
esto se
debe
observar.
(3o)
por la Santa Sede, segun las concesiones
de los Sumos Pontífices.
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8
Finalmente mandatnos rigorosa–
mente
á
todos los Comisarios de las Mi–
siones ,
y
Religiosos de. los Colegi<?·s, ;:¡sí
superiores, como súbditos., que se mues–
tren continuan1ente en todas las cosas Mi–
nistros de Dios, seguidores de los Discí–
pulos del Señor, alumnos de la santa ob–
servancia , imitadores de los Santos de
la Orden ,
é
hijos del eximio ardor de
N.
P. S. Francisco , y exerzan indispensa–
blemente la mayor pobreza en todas las
cosas ,
y
se contenten con el uso de
aquellos libros , que juzgaren ser nece–
sario,
é
indispensable llevar consigo en
las Misiones ;
y
si recibieren otros de
los bienhechores, al instante los dén
á
las
Bibl_iotecas de los Colegios ;
y
solo para
este fin podrán aceptar la sobredicha do·
nacton.
2
9
Y si aconteciere, que con limos-.
nas de bienhechores se dieren
á
luz las
obras de algun Misionero , el Religioso
que percibiere las enunciadas lirnosnas
por medio del Síndico ( como correspon·