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bre de
JEsus ·,
ya por haber padecido muerte
gloriosa por la Fe Católica muchos Operarios
en
estos últimos años, cuyo nún1ero
ya
pasa de·
setenta ; es necesario para reparar esta pérdi–
da el que se subroguen otros, que con ardor
de caridad christiana ,
y
zelo de extender la
Fe
á
los que están sentados en las
tinieblas,
y
en
la sombra de la muerte , los encatninen.
á
la
verdadera ,
y
perfecta luz del Evangelio.
Y
ofreciéndose por beneficio de nuestro
Soberano,
y
por la piedad de los Frayles de
nuestra Orden franca ,
y
abierta puerta para
propagar
la Fe
e,n el citado Reyno del Perú,
imploró nuestra autoridad para que se remueva·
qualquier obstáculo, que por nuestros súbditos
se interponga ,
ó
interponerse pueda
á
aque–
llos Religiosos ,
que
por di
vi na
inspiracion
lla–
nlados
á
este santo rninisterio se ·alisten en
nuestras Provincias para ser conducidos entre
los demas Operarios
á
aquellos Reynos.
Nos, pues, recomendando los piísimos de–
seos del mencionado
P. F r.
Joseph
de S.
Anta~
ni
o , é insistiendo firmemente
en
las
Constitu-–
ciones Apostólicas , expedid . s freqüen te rneote
por los Sutnos Pontífices sobre este punto
(las
quales queremos se
tengan aquí
por
insertas),
S