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~lSTORIA
ECLESIÁSTtOA
.
.
zobispo de
Milán
escribió
al
Emperador,
haaiéndole -ver la enorruiuad de es.a falta;
y
hab~·é.ndt>se
presentado
Teodosio
á
la
puerta
de
la
Iglesia,
San,
Ambrosio
le negó
la entrada diciéndole:
".Detenéos, Prín–
cipe. ¿Cómo
t>S atreveis
á
penetr~r
en
el
saHtuario
fi1el
Dios terrible?
Vues–
tras
malíle>S están
manchad.asde .
sailgre–
inoce:nte. R@tiraos,
y
no
añadais el
sa–
erilegio
á
tan.tos
·asesinatos."
Teodosio
se
r~ti:ró,
y
después
de
haber
hecho
peniten–
cia, fu.é recibid@
eN
la Iglesia p0r
San
.Am–
brQsio
dando
una. prueba
ae
su magnanimi–
dad
c0mo
el
Santo Arzobispo la había
da<to
de su rectitud
y
sq energía.
. San
.Ju~
·
ú
tou10. ,,,_. :ffiste sanfa'>
doc–
tor
se
distin ·0
pe,r su
~
lo,
saibidutía y
sobre
todo
RU
elocuen..ci que le ha
1ne-
recido
el
Pfoo
d~
oro.
Elevacto
á
la silla patriarcal · de donstantinopla, se
ocupó de
la
instrucción
de
sn pueblo,
<1e la
ref6rma
de1 clerq,
y
atacó
el
org1:1-ll°'
y
el
laj0 en
~l
seno misn:rn
de
la
·corte.
Indig–
nad0s
tQs
c@rt@sanos,
cuyos
vicios
rep.reu~
día, le
:hndísp1nsi~rolill ~on
la
En1peratriz E11i–
cftóx,ia (i),Ue
le desnerró;
peLro
kabiendo
so–
brevenido
ililR
ft~Fte
tem.
blcn· el día
en que
el
Saato debía
partir, fué
considerado
este
sucesG C(i)ffi<I> a.n avis0
celeste,
y
at~moriza.
da la Emperatríz,llamó al Santo y
lo
resta–
ibleci6
en
su
patriarcadt>.
Más
tarde
fué .
nnevamente
desterradJ_o por
aaoer
oenSlil–
:rado los jn-eg@s
supertieiosos que se.cele-