• POR MANUEL
M.
SALAZ.AR.
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y
Oentro
América,
Méjií~O
y
el
Perú.
Pe–
ro Jos que contribuyeron más ·eficazmen–
te
á
la con versión de
lo~
pueblos amerieai–
nos
f1wron los Jesuitas:
e:i.1
el Brasil
-el
padre
Robriga
con
~1g-uuo8
compañeros,
á
fuerza
de
coustantes
tra.bfljos,
logró atraer
algunas hordas
Balvajes
que pronto aban–
donaron
sus
costumbres feroces
y
princi,
piaron
á
civilizar~e
bajo
la influencia
del
catelicismo;
y
progresó
tan
rápida.mente
esta
nueva Iglesia, qne
á
mediados
del si–
glo
X
VI
se
fundó el
O~h:1pado
de
Sa.n Sal–
vador. Posterirmen te se
dist.il!lgaió aorno
apóstol
del
Brasil eJ padre Vieyra, jesuíta
pGrtugué~,
protector de los Indios, que in–
trodujo con e
E
a.:
g
U@
~
conocilhien.tode las ciencia
ar tes. También fueron
muy important '"'
s
s~rviaios
de l@s
J
esuf. ·
tas en Ca1if
·.
Oauairlá.,
Bmeuos Ai–
res,
y
priticípalmente
en el Paraguay en
donde funda.ron numerosas col(i)nias que
progresa ron
bajo
su g·obiero.o paternal. .
El
{}¡lt.Olicisn10 tu
Africa. -
Los trabajos
de los
mrsioner0s
católicos
llC>
han
obteni–
do resultados tan eompJetos en
África;
pues
las conciHciones especiales rle esas regiones
y
el
cIDrácter
de
stls
pueblos,
sumido8
en la
· barl>arie., han
dificmltado
por mucho
th~m
po la conversión. Sitil embargo, l.a Iglesia
se ha establecido en la
-costa
oriental
con
las colonias francesas y port4guesas; en
la
oaeidental. en el Congo,
AQgola
y
Beoga
}a,
· gr~ci~s
á
los
t
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