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eENERA~.
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7
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ts unC?,
y
~u
ehos
Obispos
se
sirviéron con
Siglo
aprov_echamtento
de
estas
obras
para
corre:.. XVII
;ir
los
abusos
y
restablecer la regularidad
t
eo la
Clerecía
de
sus
Di6cesis.
3 Con
el espíritu·
guerrero
de
que
esta.._
ban
llenos algunos Prelados ,
y
con la vida
toda
mundana que tenian , esc"'..1ndafizaban
á ·
les pueblos ,
y
hacian
gemÍ:'"
á
los que cono–
cian
]as
obligaciones del Sacerdoc_io.·
Se
vié~
ron
á
un tiempo dos Cardenales Franceses,
ambos Arzobispos , abandonar
las funciones
pacificas
y
santas ·del Ministerio
Evangélico
pf>r mandar exércitos.
Y h_abiendo
múerto–
ef uno
c!_e
e11os
en un exercicio _tan
po~o
conforme
á
las
obligaciones
de . su Estado,
el Papa
Urbano
VIII prohibió
que se le hi–
ciesen
en -Roma
las
honras
fúnebres que
se
acostumbran hacer con los miembros del
Sácro Colegio despues de la muerte.
Pero
lo
extraño
es ,' que
el motivo
de
esta prohi- _
bicion no fué el
haber
pasado
sus días
el
Prelado d.e que
se
trata_
en
un género
de
vida
tan
contraria
á
Jos
deberes
de su
vo–
cacion
si
no
el
haber tenido )
el
n1ando
de
.
'
...
las
tropas en la
guerra
dé la
Valtehna con-
tra
las miras
y
los
intereses
de
la España.
E.l Cardenal de Richelieu
tambien se
presen–
tó
con el
título
de
General
al
frente de
los
xércit.osy
como tal di:rigi6
el
sitio
fama–
o de la'
Rochela
hast~
. la
rendicion
d~
es-
Aa
3
ta.