,.1·8
SI
HISTOR.IAEe'CP.stASTICA
Siglo
Quando el Señor Bosu€t
hubo acabad
.XVII.
la primera. parte de
su
obra , que
es
la
qu~
-
t~nemos,
la envió
á
Fenelon -para
que
l¡
aprobase., esperando
que
conseguiria
su
apro-
1
hacion-,
y
que
con
elt_a
desmentiria
las
opi~
niones , por las qua les era
patente
á
todo
.Jo que se habia .declarado en las
conferen•
ciai. de Issi ,
y
de que
por
este
n1edio
le im·
pondria una suerte de
empeño en no escri–
bir sohre el mismo
asunto.
En
efecto,
si
el
.Arzobispo
d~
Cambray se
hubiera prestado
'al proceder
que
su cohermano esperaba
da
él
,
con fesarfase vencido
y
rendir}a las
a~mas sin poder vol
ver
á
ton'larlas con
honor)
y
tod3
la gloria de esta larga
disputa
quedar
ría
por
el d.e
Meaux. Mas
qua-nclo
Fenelon
tuvo
exanlinado
el manuscrito de los
estados
de la oracion, se sintió m u
y
distante
de apr
barle ;
porque
vi6
en
él
con sentin1iento
qu
Bosuet
hacia
quanto podia para
re.alizar la .
..
posicion de una
nueva hereg(a
íntroducida
en
F[ancia, que
no
se clistinguia de-la que R ..
ma.
ha
bia eondenado en los escritos de
M.o·
linos ; que con este fin refería
~uchos
pa
ges sacados de los libros de Iv1adatna
Guyon,
á
los quaies daba el sentido mas
espantoso,
aunque
él
m is·mC)
habia · justificado la
fe
de
e.s ta
Señora
por un eerriíicado auténtico: Y
en fin q ue
este Prelado
aseguraba
sin
restric·
~
CJOn
1
que
en el
present e negocio no se
trata"'
ba