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.
CE¿
ERA~.
I
7
e la
nueva
mística , sometiendo
la
doctrina
To
e sus
partidarios
al
rig
r
de
los ptincipios
II.
e Ja
Teología
n1as
exacta ,
e.l
bi
po
de
:ambray
se disponia
á
justificar
á
los
espi-
icuales,
contra quienes
se
gritaba
ent /
nce~,
~
imputaciones odiosas con que algunos
t;
mplacian de
cargarlos ;
y
mostrar con1o
t
había
hecho en
las conferencias de Is
i,
ue
las
expresiones
de
los
contetnplati vos
de
~dos
los siglos no etaf\ mas
me~ur
das que
.s d
los escritos de Madama Gu) on
y
de
gunos otros que
les
causaban escánd
1
;
que
.
.
.
/
..
era
neccsano tomar
en
ng r
nt
tas n1
quellas,
y
que
por
mas
que
se rebatiesen
uedaria
toda vía en ellas
para
pod r re p n–
er:
que
todos los
Santos
nos
han
en.}cñado
sus
lecciones
y
excmplos,
que si e
me–
:srer amar
á
Dios , como bienhechor , no lo
; ménos el amarle como infiniran1cnte p r–
eto; el an1arlc
por
sí
n1i mo ,
amar
todas
s cosas por
éJ ,
y
á
nuestro ser como imá–
:
suya , des arnos el bien
porque somos
~
Dios ,
y
hallará
su gl
ria
en nuestra
n-
cacion ,
ennoblecer de
este
n1
do
á
1
es–
~r
nza e
n
la
e~
ridad,
y
desear
nu
tra
.6
-
:i
Jd
et
rna con1o
t
n esta o que
d
be
,_
n
r,
purificar
,
co
1 un1ar en no(;otro 1
lridJd.
U
no
'
tro
era
bu
n
,
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l
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Pr l.1do
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