Siglo
XVII.
)10-
HISTORIA . ECI.ESJASTICA.
firme persu·asion que tiene de ello ,
es para
él una seguridad infalible de su sal vac-ion_. .
Entre los Teólogos Calvinistas habia al–
gunos tan adheridos
á
la d0ctrina de su
Maes..
tro, que
no
querian _sufi·ir que
se suaviza·
5e ,
qi
modificase en ningun punto el rigor
de los principios
que
·acaban de exponerse.
Defendían
que
no se podía añadir
á
ellos,
ni
1
quitar sin trastornar
~odo
el sistema
de
Ja
Religión· ,
sin incurrir
en
he regía ,
y
merecer
ser
con justicia separado de la Comunion
del gremio Christiano. Otros pensaban de
distint~
modo: los
principios
de Calvi1io· les
parecían duros , incon1patibles con la justicia
y
la bondad de
Dios,
á
prop6si to para des–
animar
á
los buenos
y .
poner
á
·los hombres
en
desesperacion. Estos últimos tenian
por
caudillo un profesor
en
Teología, de Leyden,
llamado Jacobo Arminio, sugeto de gran sa–
ber ,
y
de una sutileza de entendimiento que
lo hacia formidable
á
todos sus contrarios.
Francisco Gomar, compañero suyo en la
mis~
ma
Academia ,
se hizo su competidor.
Am–
bos
tenian igual ambician de representar al–
gun
papel
en su
secta,
y
de
llegar
á
ser cé–
lebres ; pero
para
conseguirlo ton1áron
rum–
bos
diver<;os.
Gomar, Calvinista rígido, tra–
ta b:t
de impíos
y
de hereges
á
Arminio
y
á
todos los que como él explL:aban los prin–
cipio¡
d.~
sw.
Maestro
comun, en un sentido
UlJS