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HISTOltl:A. ECI..EStASTICA
Siglo ron empresas, que les suscitá.ron enemigo s-, '
XVII. les impidiéron ganar la confianza, de los o t r
Príncipes ; confianza, que tanto se comp -
decia con su título de Padres comunes
de
los Fieles,
y
que
les hubiera grangeado
un '
-gloria mas s61ida,
que
la~
mas dilatadas pos
siones. Por otro lado las antiguas preocu–
·paciones , con que incesantemente los ali–
mentaban sus Ministros
y
Agentes, siend
así
que todas las Naciones las habian echa
do
de sí,
los hacian sospechosos en todos
los asuntos, que podian hacer revivir la
qui~
mera del poder universal
á
que todas las
Coronas debian estar su jetas. Por otra par–
te
la Casa de Austria , que rey naba en
Es-•
·pañJ. ,
y
que poseia tres grandes Estados en
Italia, los tenil siempre baxo de
su
de penden·
'cia;
y
los Papas , acostumbrados
á
mirar
á
es–
ta Potencia parJ. -- arreglar sus movimientos
·por los suyos , abrazaban sus intereses ,
ya
en
secreto, ya
á
cara descubier·ra, mas por hábi ..
·to
y
cobardía , que no por política ; pero est
·adhesion den1asiado conocida , que· no con–
venia
ya
á
las circunstancias ., enagenaba
de
elJoc;
á
todos los
Soberanos ,
que la
di feren cia
de Religipn ,
6
1a razon de est ado hacia
enemigos ,
ó
envidiosos de la Potencia
Au ~-
.
.
tnaca.
J_os otros Estados de Itali a ..,
gobe rn l –
dos
á
manera de
Repúblicas ,
ó
poseidos
~
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