l'ROLGGO.
No oslJtante esto, las palabras de un apbS.-t
tata
y
sacrílego Sac!'lrdote fueron
acogida~
r-omo oráculos salidos de la boca de un .Mes1a.s
1
y
la Iglesia
1
org:mo infalible de la encarna–
na Sabiduda, fue despreciada, escarnecid¡:¡,
f!alumninda;
y
C?On ella
1
todas las Institucio–
nes lJenetic?,s q\te salieron
¡:le
~~
fecundo,
r-eno para remedio
ele
las humanas necesi-
0ades, para disipar 1?-s tinieblas del error
y
rle la infid eliqad, para fumentar la pierlnd
Y:
Jas buenas costumbees, para propagar el ret-.
no de Dios sobre la tierra
y
hacer felices,
h
lps
~10mbees
en el tiempo
y
en la eter-.
~1idad.
·
-
Desde esa epoca
f~ttal
hasta
nuestro~
pías, continuos
y
terribles han sido los ata–
r¡ues dirigidos contra la Iglesia ro mana
y
Jas
Oed~nes
reqgiosas.
tQu~
de
ex~geraClO -:.
nes,
f~lsedades,
impostu1'4s
y
calumnias no
>c;e
han invenütclo
y
prop:-tga0o
C9~
el
~D:
de hacer desaparecer l_a 'Iglesia
y
esas Ins.–
tituciones tan
ben ~ficas
para la
sociedaq~
A
todo
ese cumulo de absmdiclades, de
erróre,s
y
óe
rne~tiras
la mejor respuesta n_o
pod1a ser o,trlO\
qu~
la que el mism.o Jesucris–
to dio
a
lqs Fari seos ·para dernos.trarles su
1vma
mi .:~Jon:
Si no quereis,
les contesto,
n·ee1· en mis. pqlab1·a$, cn:eden rni$ obn¿zs qne
yo_
hago, que rzo pued?n set· sino de J)ios.
La
mi.~-.:.
ma ronducta han op.:;et'vado la Ig:esia
y
las
Ot
d.ep.es~nonásticas.
A sus
~eatuito~ ~~~ -;