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Recibid pues, glorioso santo, este corto obse–
quio, este humilde don que os sacrifica mi ren–
dido afecto;
y
dignaos alcanzarme de la divina
Majestad una centella de aquel incendio en que
ardia vuestro santísimo corazon, para que · por
'uestra intercesion consiga las gracias que por mi
indignidad desmerezco.
Santísimo Doctor
Humildemente os adora el menor de vuestros
siervos
FR. JOSÉ MIICH.
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