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Uore ·de dia
y
de noche los peca•
dos que he cometido contra
'l'i,
ó
mi Dios! O Señor, .vuelve tu vista
á
mi arrepentimiento; mis
gemido~
,están delante de Ti, ten piedad' de
mí , seg· m la grandeza de tus mi–
sericordias ; porque confieso mi
in i–
quidades,
y
mi pecado está conti–
nuamente delante de mis ojos. Tú
no quieres la muerte del pecador,
sino que deseas que se convierta,
y
viva; no me deseches, pues , lé–
JOS
de ti,
ó
Dios mio, porque tus
misericordias resplandecen sobre to- ·
.das tus ohras : busca
á
tu siervo
que se ha descarriado como
un~
oveja rebelde
á
tu voz. Volveré
á
T.i,
y
confesando que no debo ser
tratado como hijo obediente, te sú–
plica me recibas en el ní1mero de
tus siervos. No entres en juicio
conmigo,
ó
Salvador adorable, por–
que ni11gun hombre viviente puede
justificarse en tu presencia. Atráe–
me
y
úneme
á
Ti. por los víncu–
los de tu divino amor, para que
yo siga en adelante el olor de tus
perfumes
J
y
los atractivos de tu