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XIV.
P.&RTE SUPERIOR DEL TEMPLO.
Para formar mejor idea de la inmensidad de este tem–
plo, es
preciso situarse en
la
parte superior de él, que
forma
una especie
de
terrasa, subiendo por una escala
d~
14l
gradas bastante cómoda.
Al
final de esta se vén en el
Jnuro lápidas é inscripciones en memoria de los soberanos
que la han subido. Entónces se
.:vé
bien el grupo de seis
cúpulas ovales,
y
cuatro
rectangulares,~
mas de la princi–
pal
de que ya se ha hablado, la
cualtdes~e est~
plano has–
ta la estremidad de la cruz tiene de alto 420 palmos Este
sitio
que
parece
una
gran plaza, está circundado
de
ba- ..
laustrada
que se
une con la de
la
fachada.
Por una escala
de
28 pasos se entra á la corniza de la
cjipula grande,
y
de aquí
8e
pasa al audito interior
que la circunda tambien con balaustrada, de suerte
que con comodidad se puede pasear el contorno, y ob–
servar la gran distancia de esta altura al pavimento de
la
Iglesia.
Volviendo afuera; se sube por otra escalera-que está
dentro de una y otl"a superficie, lde que se compone la
convexidad .de la bóveda y se sale
á
la cupulilla ó lanter·
na,
para despues
subir
por una escala de fierro y
entrará
la
gran bcla de bronce dorado, dentro de la que pueden
estar hasta diez
y
seis personas. Tambien puede subir–
se
á
la
cruz,
y
de esta inmensa altura verse
el
pitoresco
panorana
que
presenta Roma
y
sus contornos
hasta el
mar.
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XV. ·
PALAOIO PONTIFIOIO
VATICANO.
.Algunos
creen que, Constantino cuando erijió
la
Ba–
~ílica
hizo edificar tambien este palacio para la habita·
cion de los Pontífices; pero otros atribuyen la primera
fondacion
á
San Liborio,
y
algunos
á
San Simaco cerca
del año 'de 498.
En
lo que no ·
hay
duda es, que
existía
el
palacio en tiempo de ' Cárlo Magno,
y
que lo habitó
~uando
fué
coronado emperador
por el Papa
San
Leon