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todos la significacion de los hechos que hoy de–
ploramos; entónces llegará á entenderse que no
son otra cosa que el drama trágico, cuyo prólogo
se dió á luz en los anos de
1848
y
1849,
cuando
un pufiado de hombres, ligados por su palabra
de honor á guardar fidelidad al Pontífice mag·
nánimo, que les abrió la cárcel bajo de tan suave
garantía, cuando ese pufiado de hombres fué
creciendo como crece la nube precursora de la
tormenta, y, cubriendo en un dia aciago el puro
cielo de Roma, desató las furias de la tempes–
tad sobre la ciudad de las siete colinas, y amena–
zó con el rayo la cabeza de una Majestad tres ve–
ces coronada, porque sobre la diadema del sacer–
dote y del monarca llevaba la venerable Gorona
del infortunio! ....
Y nos preguntamos, despues de haberos des–
cubierto la falsedad de los pretextos con que se
quiere engafiar la buena fé, y despues de preve–
niro~
contra las tendencias de esta cruzada: ¿qué
seria de Roma sin el Papa? ¿en qué vendrían á
parar sus solemnidades, que son las solemnida–
des del mundo cristiano? ¿quién iria á postrarse
delante del sepulcro de los Apóstoles Pedro y
Pablo, en donde ya no se vería al Sumo Pontífi–
ce arrodillado, garantizando á nuestra piedad
que ..el sagrado depósito se .conservaba inaltera–
ble? ¿qué seria de esos colegios, representantes.
de todas las naciones del mundo, de donde sale
la doctrina pura de la Iglesia á difundirse por
todas ellas? qué del colegio Urbano de la Propa–
gacion de la fé, de ese Seminario de civilizacion,
que abraza el Asia, el Africa y la Oceanía? qué
de los colegios Germánico, lnglés, Irlandés, Es–
cocés,
de
Prusia y de Francia,
de
los Estados,Uni-