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de se halla el mayor D. Juan Antonio Vijil, y tratando de re–
conocer su estado actual (1) le encontraron febrisitante con
el rostro muy encendido,
y
los ojos
promite~tes
y cori un mo–
vimiento muy variado como tendiendo la vi sta ácia muchos
objetos, cuyos síntomas denotaban una inflamacion en las me–
ninjes, y
p~incipales
tú1licas del cerebro, y que. tratando de
averiguar la causa ocasional de este accidente, han sido in–
formados que despues de 6 dias de abstinencia ó fa1ta de ali –
mentos, el dia antes de ayer, tomó una ecsesiva cantidad de
aguardi'ente de aniz hasta
·]a
cantidad de cinco
ó
seis botellas.
Nada dirérnbs ' sobre la causa de la abstinencia porque ig–
noral)10S
~1
motivo de este abandono; perp sí del efectó y es–
trago del licor, mucho mas en c:antidad tan ecscsiva, pues es–
ta en lugar de
caus~r
solo la embriaguez, ecsitó el cerebro de
;modo que produjo la inflamacion que tenemos ya dicha
y
pro–
bada poT sus síntomas
á
la que necesariamente se sigue el
q~lirio' frenético en que actualmente se halla, acreditandose es–
te el impulsó de ira con que trata
persadirno~
de que está en
sanidad: que desordena
a
cada momento la cama en que se
halla,
y
que rel'lsa co11 la misma ira, el que se le alumbre la ca–
ra con la vela, negandose tambien con porfia á mostrarnos la
lengua po
tque dice ser una accion indecorosa-Todas esta s
razones y
otr.asmuchas que medicamente le hemos observl'!–
do, despues de
d i~cutida
y
largamente consultada la materia
nos obligan
á
declarar como declaramos, que en la actuali–
dad e.stá verdaderamente frenético, y con su ra4on entera–
mente perturbada, advirtiendo que po1· ser esta vesania sinto–
mática por la inflamacion cerebral, por el abuso del licor es–
pir ituoso puede muy bien ser curada á beneficio de los aüsi–
lios del arte,
y
réjimen que hemos prescrito en fuerza de nues–
tra 'obligacion, y con la segunda advel'tencia, de que aun cu–
rado en esta ocasion, reinsidirá en la mi sma enfermeclad si
vuelve
a
~busar
de cualesquiera licor espir ituoso
1
ó
cualquie–
ra pa:sion violenta que vuelva á escitar su cerebro: .aseguran–
do que lo dicho es la verdad
á
cargo del juramento hecho en
que se afimaron
y
ratificaron leida que les fué su declaracion;
y diJO el primero ser edad de
57
años, el segundo de
44
años,
y el tercero de 29 años,y la firmaron con dicho Sr. juez fis-
(1)
El reconocimiento se pmcticó
á
la una de la
rnmia.–
na, no se sabe por qué motivos, que sin duda e'stán TCSeTva–
dos al conocimiento de los facultativos.