XIII
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~argo
pastoral? Como lo pretenden, si en eJ mi smo hecho de
vindicarse están agravando su delito ¿pues que, es necesario
mas para creer esta verdad, que tener ojos y saber leer? Re–
jistrense los periódicos del Restaurador y Mistí de Arequipa.
Lease el Jenio del Rimac de esta capital y se acabarán de
cerciorar que adunadas estas imprentas, y dirijidas por la
in
te lijencia de un club. La del J énio, ha sido eco de las Im–
posturas de aquellos.
¿Que materia ll)as abundante han te–
nido en todo este año para llenar sus columnas que el mal
decir del obispo?_ Si hechos tan clasicos se niegan ¿que de–
be esperarse de los que carecen de rubor al verse conven–
cidos?
Los documentos justificativos
á
que se refieren y copian
en el
INTERESANTE,
[de cuya contestacion lijera nos hemos
encargado,] en nada apoyan su intento; por el contrario so–
lidan la justicia del perseguido prelado
y
son testimonios con–
tra los que lo producen.
La nacion á quien se someterán
en su oportuno tiempo, los pesará en el criterio de su alta
justificacion y sabiduría. Para ella escribimos estos breves
apuntamientos:
a
su grandeza sometemos la causa de un pre–
lado de la diocesis de Arequipa, en cuya defensa han escri–
to la verdad, muy bien cortadas plumas, porque ha conve–
nido á los fieles poner en claro el terso / honor de un pastor
de la iglesia, sin dejarle la mas leve mancha que le empañe.
Ha convenido á los fieles contener el torrente de iniquidad
producido del fecundo manantial de la envidia. Estamos ín–
timamente persuadidos que solo una crasa ignorancia mez–
clada de una gran dosis de protervia, podía haber dirij ido
las plumas que han escrito tanta injuria: si, una ignorancia
total de Ja ecselsa dignidad de un obispo.
Ellos no saben
que un obispo, es succesor verdadero de los apóstoles, pues
los obispos sostituyen el sacro colejio apostólico, y que esta
asercion es un dogma católico: ignoran que son príncipes
verdaderos de la igles ia, cuya alta dignidad está apoyada,en
autoridad de padres y escritura sagrada: que pueden los obis–
pos en sus iglesias, todo lo que el Papa en la universal: que
en ciertas ocasiones, deben ser tratados los obispos con p<m–
pa y majestad real: que sus casas .se llaman con propie–
dad Palacios.
¿l"'or que
a
estar cercwrado de estas v rd(\–
des? ¿como tanto insulto, tanta injur ia y osadía
á
la faz de un
pueblo r elijioso?
¿Que sociedad sin rel iji on?
¿Que relijion
sin sacerdotes? - ¿Que sacerJote sin r espeto y debido home-