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la mano de vuestros Mecenas el premio ofrecido á tus crí–
millales tareas. Ya os ve sumidos en la honda sima que ca–
basteis para ciudadanos que siempre os consideraron en la
triste c.lase
á
que.'perteneceis: vuestras favorecidas armas, la
hipocresi a,la lisonja, la calumnia, la impavidez y la detraccion;
las
querei~
confundir y amalgamar, con la virtud sólida, la
vel'dad pura, la inocencia y la justa enerj ia. ¿Y vosotros os lla–
mais los amigos de la ley? Sois las astutas raposas que con
mañosas arterias, os disfrazais para hacer mejor y mas se–
gura presa. ¡Oh malhadado Perú solo por vuestra ecsisten–
cia! Ecsistencia que conservais, á merced de la tolerancia
de ciudadanos enemigos de proscripcion y muerte; pero que
os conocen, os señalan y os maldicen. ¿Sois vosotros los que
os titulais patriotas? ¡No envilescais tan sagrado nombre!
No deis lugar
a
que los heroes que lo merecen, se desnuden
de este glorioso renombre
;11
véros decorados con él.
Major
dignitas vilescit in turba.
¿Cuales son vuestros servicios ce–
lebres autores del INTERESANTE que contestamos? ¿Cuales
vuestros sacrificios por esta patria á que os habeis plega–
do en sus di senciones domesticas? Enseñad vuestras heri–
d~s,
recordadnos vuestras prisiones y destierros: comprobad
siquiera que alguna vez le hicisteis algun donativo en sus .
apuros. ¿Cual en fin, vuestra oja de servicios? Ya la vemos
en vuestros labios, deprimiendo á honrados vecinos, calum–
niando á los vencedores, murmurando
á
nuestros campeo–
nes ilustres, obscureciendo sus méritos, anonadandolos pot
vuestra conveniencia: estos son vuestros blasones; y vuestro
norte, la medra de una conveniencia particular. Os hemos
visto á fuer de la impunidad plegados indistintamente al que
manda, cuando está en ·el oriente; mas nunca nunca cuando
vá declinando
á
su ocaso. Entonces procurais abreviar su car- .
!:'era; para que os halle dispuestos el que succede. Leemos
vu~stro
NITERESANTE, y confesamos con injenuidad, que os
habeis retratado al vivo con la pluma, oyendo vuestro sentido
intimo. ¿Pero cuando el malvado no atribuyó á sus enemigos
los crímenes que lo abruman?
J?Ecis
~
1
que
_del taller
?e
los
fac~i~sos,
acaba de .salii·la
representacwn o lamentacJOnes fansa1cas del
R.
ob1spo de
Arequipa. n Os engañais. Esa representacion á que os refe–
rjs, es hija de la verdad: los labios de la persona que habla
por ella, jamas se mancharon con la mentira: los hechos
a
que se
rétien~,
están por vuestra desgtacia muy comptoba-
r