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Consejo Central de dicha In titu ciór. ha declarado que
la presidencia de hon or en el C ono-reso, N os correspon–
d e d e derecho.
E n respuesta, me es sobremanera grato deci r
á
Uu .
y
por su digno órga no á los demás Señores miembros del
Consejo Central que acep to d e buen g rado dicha presi–
dencia de honor; expresando á U d. que aprobamo
los
E statutos q ue deben regir la marcha ele ese Cong reso;
el que teniendo un propósito ta n noble
y
cristi;1no, cual
e· de sostener
y
defender la causa católica. no podemos
menos, como Prelado de esta Iglesia, que bendeci r co–
m o bendecimos efu i\·amente dich o prop6 ito. así como
á todos
y
cada un o d e los miembros de ese Cong reso, á
fi n de que el Dador de todo bien les dé luz
y
acierto en
los t rabajos á que han de dedicarsr·.
o termina ré sin expresar á U d. q ue esta mos dispues–
tos á prestar al Cong reso el a poyo que necesitare de
os
para su prosperidad.
Dios guarde á U d.
t
JI!Ianuel A ntonio
Arzobispo de Lima.
GAI\TA DII\IQl DA AL SUMO PONTIFIGE
I MPLORANDO SU APROBACIÓN Y BE ' DICIÓN.
Beatísimo Padre:
H asta poco há los católicos del Perú nos contentába–
mos con profesar en el secreto de nuestras almas los a–
crosantos prin cipios de la fe
y
de la moral religiosa. 1\Ias
hoy, alarmados por los ava nces de la impiedad que en
todas las formas p rocura in vadir la famili a
y
la sociedad,
hemos creído deber ineludi ble nuestro j untarnos en so–
ciedades netame nte católicas para trabaja r de consuno
por el im perio
y
tri un fo de esos mismos prin ci pios,
SC\1-
vaguarclia úni ca de los intereses más ca ros
y
más tras–
cendentales de los pueblos en
la
eterna lucha del mal
contra el bien.
Después de pocos ai1os de la bor preparatoria y de en–
sayos en la obra difícil ele
r~unir
tantos eleme ntos disper–
sos, buenos ciertamente, pero faltos de cohesión y norte;
alentados principalm en te por los saludables consejos ele