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afan excitar á los varones católicos
á
que se unan, para
que asociando sus fuerzas y concertando sus ideas impul–
s~n
y sostengan lo que es santo, lo que es verdadero
y
hasta lo que redunde en mayor beneficio de la sociedad
civi l. Y como para conseguir esta unidad de las volun–
tades es
muy
á propósito celebrar asambleas, donde los
defensores de la verdad y d e la justicia se conozcan mu–
tuamente
y
lleguen por la recíproca comunicación de sus
pareceres á tener un solo modo de pensar y obrar, nun–
ca hemos dejado de promover estos Congresos con nues–
tra simpatía
y
aprobación. Se regocij a por lo tanto nues–
tro corazón, de que tales reuni ones, ya desde muchos
años frecuentes en los pueblos de Europa, se celebren
también en las na ciones de América. Con mucha razón
estimas, que es un deber de los católicos profesar y sos–
tener pública
y
abiertamente sus creencias religiosas.
Q ue el Señor, por la intercesión de Toribio
y
Rosa,
y
de todos aquellos que han ilustrado vuestro P erú con la
fama de su santidad, favorezca benignamente vuestro
Congreso, en el cual se ha de tener en la d ebida conside–
ración
y
honor la a utoridad de los obispos. Y Nos como
testimonio de nuestro afecto, á tí, querido hijo, á los de–
más que dirigen los trabajos preparatorios para el Con–
greso
y
á todos aq uellos que asistirán á él, os otorgamos
con el más grande amor, nuestra bendición apostólica.
Dado en Roma, en San Pedro, el
23
de Marzo de
18g6,
el año
rgo
de nuestro Pontificado.
LEON XIII PAPA.
OFIGlO
DEL CONSEJO AL DE LA UNIÓN CATÓLICA DE SEÑORAS.
tTNJÓ~
CATÓLlCA DEL I'ERÚ
CONSEJO
C~:NTRAL.
Lima, Mayo
1
o
de
r896.
Sra. Presidenta de la U nión Católica de Señoras.
S ra. P ta.
La Unión Católica del Perú se ha preocupado hace
tiempo de establecer la reunión d e Congresos en los que,