NOVIEMBRE. DIA XXlX.
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PROPOSITOS.
T
Odos convienen en que tienen necesidad de convertir–
se: ninguno se quisiera
morir
sin haberse convertido;
y
con todo
~so
pocos son los que se convierten. Compre- ·
hende , si puedes, esta paradoxa; pero co.Rsidera tambien
si cabe mayor locura , si es posible mas insigne necedad.
Pues ao quieras dar con tu proceder una nueva prueba de es–
ta insensatez. Cien veces has dicho que te querias conv
nir,
y
hasta ahora no ha llegado el caso ·de tu conversion: no
la
dilates mas. Por virtuoso que uno sea, siempre tiene nece–
sidad de conversion
y
de reforma. Si eres pecador, comien–
za desde luego
a
convertirte ' vete
a
la iglesia'
ó
a
lo mé–
nos enciérrate en tu oratorio ,
y
allí
a
los pies del altar
u
de tu crucifixo detesta tu vida pasada,
y
da principio, si
puede ,
a
tu confesjon desde este mismo dia. Por
lo
ménos
ve luego
a
buscar un santo, sabio y prudente confesor: de–
cJárale
tu
resolucion de hacer una dolorosa confesion ge–
neral para que
e
te pasos a al mismo tiempo prueba
y
co–
rno empefío de tu conversion. No 1.e dHates para otro dia.
En
negoclo
de
tanta importancia, toda dilacion es peligro–
sa. Empeña despues
a
la santí ima Vírgen, poderosa abo–
gada
de
los pecadores: al ángel d e tu guarda,
y a
los
San–
tos de tu d vocion, rezándolos alguna cosa para que con su
inrercesion te ayuden
y
promuevan esta g rande obra.
a
Por ajustada que sea tu vida, toclavía no dt xará de
tener necesidad de alguna reforma: da principio
a
ella des–
de
luego. Examina seriamente delante
de
D ios todo lo
de–
fectuoso
y
reprehensible que se
halla
en ti. La tibieza
y
aun
la negligt:ncia en el cumplimiento de tus obligaciones ,. en
'
los exercici0s espiritual s,
en
tus devociones
'y
buenas obras.
Apénas hallarás una
en que
no tengas algo que reformar,
·que corregir,
y
que
perfecoionar. Apunta aquellas cosas
que
lo necesitan,
_y
pon de de hoy maaos
a
la obra. O
!·
y
qué
dichoso será
este dia para ti, si fuere el dia de tu
perfecta
conversion!
..
DIA