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AÑO CHRISTIANO.
doctrina, logrando con ella muchas conversiones.. Resplan–
decia en su persona el don de los milagros ,
y
concurria11
al
siervo
dt:;
Dios tropas de gente , considerándole como
a
depositario -de su divino poder. Sofocábale mucho este
bu–
llicioso concurso , pareciéndole que inquietaba demasiado
el silencio
y
la quietud de su sagrado retiro. Por esto , ·
y
porque ya andaba buscando arbitrio
ó
pretexto para des–
cargarse del peso
del
gobierno que habia puesto sobre sus
hombros la unanimidad
de
los votos, de repente desapareció
de entre todos ,
y
se fué
a
esconder en
el
fondo de
un .
es–
peso bosque q_ue babia en la misma isla. Pasáronse tres dias
y
tres noches sin que se le pudiese descubrir; pero al
fin '
le
encontráron
y
le volviéron al monasterio. Estuvo en
' él
poco tiempo, manifestando Dios tenerle destinado
pa-
ra otro ministerio , que presto se babia de aclarar. Perdió su
obispo
la
iglesia da Ríez-en la 'Provenza; y teniendo nece–
sidad de
un
buen
pa ~tor,
puso los ojos en el abad de Lerins.
Despachó sus comisarios , así al monasterio como
a
los obis–
pos de la provincia, pidiéndole por obispo : Máximo , que
miraba con
un
santo horror aquella dignidad
~
luego que
'
entendió lo que se trataba, trató de ponerse en salvo;
y
metiéndose prontamente en una chalupa, desviándose de·
la costa de las Gáulas, donde era muy ccmocido, viró ácia
las de Ita lia, donde esperaba .vivir ignorado
y
oculto. En–
gafüóle su esperanza ; porque ó ya le descubriesen los
que .
sabían el secreto de su fuga, ó ya la manifestase su mis–
ma reputadon' le siguiéron ,. le alcanzáro.n
~
y a
pesar de –
toda su res.istencia le condUX5!rOn
a
Riez'
donde
fué recibi–
<lo eon ap,lauso universal,
y
fué consagrado
por
los obispo-s
de
b
provincia despues
que
con su autoridad
y
con sus ra–
zones le r.eduxéron
a
que prestase su consentimiento.
El
cará:ctt::repiscopal -solo sirvió para que b
rillasen mas-las vir–
tudes
de
nuestro Santo, haciéndolas mas visibles.la elevacion
de la digaidad. Las mismas se obse-rvároo en el obispo de
Riez,. que se habían
admir~do
en el abad de Lerins ;
so-
lo que en
el obispo brillaban desde mas alto,
y
por.
Jo.
mis–
mo se dexaban ver mas
<t
y
eran.
ma s
útiles
a
muchos. Decla–
róse padre de su pl:leblo por el cuidado
y
por la ·paternal
ternura con que le. amaba.. Hemos dicho ya que Dios
le·
b abia favorc·cido
en el
don
de
m-ifagros, del
q1:lal
se servia :
nuestr9
Santo
para
que
fuese medicina
de las almas la. mila-
gro-
,
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