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NOVIEMBRE. DIA XXVI.
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se encontrarán repetidos exemplos que merecen imitarse.
U
na de las condiciones mas necesarias para la completa fe–
licidad del matrimonio es la mútua solicitud que deben te–
ner los desposados, ya en los obsequios recíprocos que
de–
ben
el
sus personas'
y
ya en órden
a
los bienes de
su
casa
y
necesidades de su familia. En mil lugares de la Escritura
se celebra
y
proclama como venturoso el varon que logra
una muger honesta
y
laboriosa.
A
la verdad, entre todas
las delicias del mundo ninguna es comparable a la satisfac·
cion que prueba un esposo, quando ademas de la honesti –
dad
y
hermosura que le cautivan el corazon en obsequio de
su esposa, ve que sus virtudes mantienen en órden
y
santa
paz toda su familia,
y
que sus disposiciones económicas
y
solícitos cuidados alejan de sus umbrales la indigencia. Si
el
esto se añade aquella alegría de semblante que desarma la
cólera, aquellas modales pacíficas
y
blandas que forman de
la casa una mansion de paz, y aquel trato dulce
y
amisto- ·
so que atrae en beneficio
d~
sus hijos
y
de su marido
a
quan–
,tos pueden favorecerles., se
sigue
que en la referida epísto–
la se describen las condiciones que han de tener los despo–
sados para ser felices, y que nuestra madre la l glesia pro–
porciona una instruccion tan interesante en los desposorios
de
J
osef
y
de María.
El evangelio e.r del
C
UM
enet
de.rponsd~a
Ma–
ter Jesu M aria Joseph,
ll ntequam convenfret
,
invénta
eit in út ero habens de Spiri–
tu sanéJo. J oseph autem vir
"t!jus cum e¡set justus
'
é5
nol–
let eam tradúcere, vóluit, oc-
cúlte dimiti ere eam. Hr:ec au–
tem eo cogitánte, ecce ángelus
.Dómini appáruit in somnis ei
dicen.r: Joseph fili David, noli
timere accipere Maríam cón–
jugem tuam
:
quod enim in ea
natum est
,
de Spíritu sanéJo
'est. Páriet auttm fílium
,
8
vocdbis nomen ejus Jes-um
:
ip–
se enim .ralvum fáciet pópu–
lum
1uum
d pec"ilis
eorum.
cap.
1
de San Mateo.
E
stando desposada la madre de ..
J
esus María con J ose
f,
se
halló preñada del Espíritu santo
ántes de haber estado juntos. Jo–
sef, su marido, siendo justo,
y
no
queriendo delatad a , quiso dexar·
la secretamente. Pero miéntras
pensaba esto, he aquí que un
án–
gel del Señ9r se le apareció en
sueños, diciendo: Josef, hijo de
David, no temas tomar
a
María
por tu consorte, porque lo
que
ha·
concebido es del Espíritu santo.
Parirá un hijo ,
y
le pondrás por
nombre Jesus : porque
él
será
el
que
sa1vará
a
su
pueblo
de sus
pe·
cados,
..
.J
ME-