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1
xv.
2
r~
convence que el _cielo· le dió las mas bellas disposiciones
que se podían apetecer paFa los altos
fines
el
que le babia
destinado.
Su
ingenio"viv.o, su decir eloqiiente
y
enérgico~
y
sus
dul~es costumbre~
le
hacian amable
a
todos,
y
suge–
to
proporcion~do
para las mayore-s empresas.
La cronología , que con mayor fundamento se atribu–
ye
a
este Santo, hace coincidir su juventud con aquel
tiem–
po en que
1
el apóstol San Pedro vino
a
la ciudad de Ro-
1na
a
establecer
en
ella
la
cátedra de
su
pontificado,
y
ha–
cerla
la:
capital del ·mundo christiano, así como lo era del
111ayor de los imperios. Por este
t
·ie.mp().seduc~a .
ª ' aquellas
miserables gentes con sus artes mágicas el sacrílego Simon
mago, ·hombre soberbio,
y
llevado de lo manía de hacer–
se
éx p.ectable con perjuicio de la verdad ,
y a
costa
de
i lícitos·tratos con el príncipe .de las tinieblas. Coi:i sus ar–
t ificios babia conseguido, no tan solamente la -admiracion
de los iromanos, sino tambien la del ·emperador Neron, ge...
nio raro, llevado de lo maravilloso, aunque esto consis–
tiese en el extremo de los vicios. El apóstol San Pedro se
le opuso con vigor, predicando libremente las máximas de
la verdad ,.
y
procurando deshacer los errores del embus–
tero. Para este efecto babia aexad(')
a
.~Antioquía,
cfonde
babia estado siete años, el Ponto, la Galacia, la Capado-·
da,
Ja Asia
y
la Vitinia, en donde habia predicado
a
los
judíos, Quando San Pedro
llt·gó
a
Roma acompañado de
San Márcos
y
de muchos otros discípulos, el mismo Si–
mon~
que
~n
Palestina babia sido tenido por un embu 'teró,
habia llegado en Roma
i
tan alto .grado de reputaciou,
que
fue
creido Dios,
y ·
como
a
tal !e·erigiét on· una estátua
en
la
·is-la del Tíber, con esta inscripcion:
A Simon, Dios
santo.
Habían muchos prometido al1<emperador
1
'Neron
vo~
tar
en su preséncia:
y
Simori, tenido por el principal en
e}..arte' mágica, lo ofreció' tambien, en c'onfirmacion de
quantas ideas pabia sembrado
cóntrar.fa-s
a
los christianos.
En el dia que· ·se .!dispusn para este grande éspectáculó,
viendo San ·
Pedr~o
y
San Pabló que de él podrían resultar
funestísimas conseqüencias contra la religion -christiana,
determináron ponerse en oracion juntos pidiendo
a
Dios
que en obsequio de su santo nombre confandiese aquel
pér–
fido discípulo de los demonios. Por ministt:rio de éstos vo- .
ló efectivamente Simon el mágioo; pero en medio de su
vue-