NOVIEMBRE. DI
r\
XIII.
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exemplo de este Santo, todo lo terrestre que sentimos en
nuestros
corazones~
-
PUNTO SEGUNDO.
C
onsidera que no ha
y
camino mas seguro ' mas dere–
cho ni mas breve para arribar
él
una eminente per–
f@ccion que
el
de la obediencia. No nos elevan
a
una supe–
rior santidad ,
ni
los grande trabajos ,
ni
las acciones rui–
dosas, ni los raros talentos, ni aquellas
heroicida~es
que
se
acercan
él
lo maravilloso. Quántos Santos hay, en cuyas
vidas no se nota cosa que parezca muy singular
ó
muy
extraordinaria
1
Buen exemplo es de esto el mismo San
Estanislao ,
y
es un exemplo que nos da una leccion
muy importante.
Un
niño de diez
y
seis
á
diez y siete
años: un novicio de diez meses con una salud flaca
y
de–
licada no pudo hacer otra cosa que no fuese muy comun;
pero la perfecca obediencia es un
gran
secreto para agra–
dar mucho
a
Dios , aun en lo mas menudo del estado re–
ligioso;
y
ya
se sabe, que
en
agradarle consiste la mas
sublime virtud. Aunque se obraran las mayores maravi–
llas: aunque se pasara toda la vida en el exercicio¡ de
las
mas asombrosas penitencias , de nada servirá todo esto sino
se
hiciese en ello la voluntad de Dios. El mérito consiste
en
agradarle ; pues el que se gobierna por
la
obedien–
cia ,
está seguro de que le agrada. El religioso tiene
la
seguridad de que hace lo que q.uiere Dios haciendo aquello
que le mandan los que le gobiernan ; pero quando solo se
quiere hacer lo que es de nuestra eleccion : quando con ar–
tificios , con lisonjas , con quejas ,
ó
por otros medios, se
obliga
al superior
a
que
nos mande hacer lo que nosotros
deseamos , entónces , dice Casiano ,
q
iién se podrá lison–
joor
de que hace lo que quiere Dios
~
Es
verdad que algu ..
nos viven muy tranquilos
a
favor de cierta obediencia
6
sumision imaginaria
y
vaga, que consi te en conocer que si
el
superior quiere usar de
un
derecho ,
nos
obligará
a
ha–
cef todo lo contrario de lo
qu~
queremos ;
y
~
la
capa
de
esta idea general provisionalmente prosigue cada
uno ha–
ciendo lo que quiere. Será por cierto gran consuelo para
un religioso morir en un lugar
y
en una ocupacion que
él
mismo solicitó quando el empleo
y
el lugar fuéron de
nuestra pretension
u
de
nuest1·os mañosos
artificios ~
Sen-
tirá