390
_
AÑO CHRISTIANO. -
portantes verdades que nos propone , los sólidos princi--:
pios en que estriva , y nuestra felicidad ó perdicion eter–
na , que pende enteramente de este conocimiento prác–
tico , son las cosas en que debieramos pensar de conti–
nuo,
y
las que merecen ocupar siempre nuestro espíri–
tu ,
como las mas propias de
una
alma racional ,
cria–
da para la eternidad.
Apenas, despues de muchos años de estudio , se-per–
fecciona un hombre en una sola ciencia ; pero todos se
creen bastante sábios en la ciencia del Christiano , con
no haber aprendido otra cosa que los primeros elemen–
tos.
~l
Catecismo que se estudió en la niñez-; es todo
lo que sabe de
su
Religion ese célebre Letrado que con–
·sumió sus años sobre los libros ; ese profundo político
que penetra los mas ocultos misterios de los Gavinetes;
ese hábil Astrónomo que calcúla y mide paso
a
pasQ
todos los movimientos de los Astros. Y saben mas aca–
so
muchos de los que se tienen por maestros y doc–
tores de la
Ley~
Ninguna otra ciencia tiene una ínti–
ma conexíon con todas las acciones de la vida. El Mé–
dico no obra siempre como Médico , ni el Físico como
Físico ; pero el Christiano debe obrar y portarse
siem–
pre como ta]. Nadie fiará un pleyto de importancia
el
un Letrado que no sepa sino los primeros y universa–
les elementos de la Jurisprudencia: se examina su cien–
cia , su mucha práctica , su crédito en los Tribunales,
y se toma el parecer de otros Clientes
a
quienes haya
defendido en sus pleytos. Mas
en
punto de Religion,
cada uno se tiene por bastante sábio ,
_y
aun se baria
escrupulo de_querer instruirse mas
a
fondo en las ma–
terias de nuestra
fé.
Se pensaria qLI;e era dudar de la cer–
teza de la Religion de Jesu-Christo el reflexionar sobre
~u
admirable propagacion , sobre los milagros que la
comprobaron , sobre los medios que nos ofrece para
nuestra salvácion ,
y
sobre el íntimo enlace que tienen
unas con otras todas las máximas que nos enseña.
Qué idea puede formar de la grandeza y bondad de
Dios , quien jamás ha reflexíonado sobre el órden ma–
ravilloso de su adorable providencia , asi en las cosas
naturales
que
cada
dia
tenemos
a
la
vista, corno en las
' sobrenaturales
y
divfr1as ? Qué puede
pensar
de
sí
mis–
mo