Table of Contents Table of Contents
Previous Page  412 / 582 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 412 / 582 Next Page
Page Background

34~

.

AÑO CHRISTIANO.

tos, amigos , parientes

y

hasta tu misma vida. Para

es~

to to:-i1a una firme resolucion de no querer, de no em–

prender cosa alguna sin consultar primero

a

Dios,

y

sin

arregl arte en todo

a

lo que conocieres ser confotme

a

su

voluntad. No te fies de

tu

sola razon,

po~que:

·el amor

propio ciega. Jamás te resuelvas

a

hacer cosa de mont':l

sin el parecer de un prudente,

y

zeloso Dil'eél:or.

.

2

Examina si te dexas llevar con exceso del amor

de

tu

fam ilia,

y

de tus intereses

tempor~les.

Suele haber cier-.

tas predilecciones , ciertas preferencias de amor entre los

mismos hijos' queriendo

a

unos mas que

a

otros ; las qua"l'

les 11€nan las casas de zelos ,

y

de inquietudes. No son.

menos odiosas ni menos perniciosas en las comunidades las

amistades particulares. Todas es:;is distinciones, todas esas

preferencjas son efeél:os del amor propio. Tengamos sí .

amor

a

nuestros parientes '

y a

nosotros mismos; pero sea.

un amor

bien

ordenado. No seamos esclavos de la pasion, ,

y

entonces no cómeterémos injusticias. Dios debe estar

a

la frente de todo, que ese es el lugar que le corresponde.

Ahoga tambien al mismo tiempo cierta sensibilidad

ex~

cesiva: corrige cierto refinamiento . de delicadeza,

[y

de

bl'andura, que muestra bien el demasiado amor que te

tienes

a

tí mismo. Es el amor propio un enemigo sagáz,

y

doméstico, tanto mas digno de temerse , quahto menos

se desconfia de

él.

Quando nos lisongéa, entonces .nos

vende ;. camina siempre de acuerdo con las pasiones.,

y

sin cesar arma lazos

a

nuestra salvacion. Torna desde hoy

Ja

generosa resolucion de no contemp arle; de com,batir.--· ·

le,

y

de vencerle. En todo

se

introduce , en todo se insi""!'·,

núa; no hay que perdonarle en qualquiera parte en que

se halláre. Foméntase con nuestras convenienzuelas, con

nuestras comodidades;

y

asi corta con resolucion lo

que

no fuese ab$olutamente necesario para vivir. La mortifi- ·

· cacion le debilita ; pues determina desde lu'ego las que

has de praéticar. Es el suplicio del amor propio la monifi–

cacion de los sentidos. Prívate de todos esos gustos, que

solo sirven de hacerle mas orgullo o. No hay cosa mas

contraria

a

la verdadera .devocion , que el amor propio;

y

con todo eso no suele estar muy reñido con

mucp<?~

que hacen profesion di:! ella. Declárale desde luego una

perpétua gui;:rra.

DIA