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AÑO CHRISTIANO.
tos, amigos , parientes
y
hasta tu misma vida. Para
es~
to to:-i1a una firme resolucion de no querer, de no em–
prender cosa alguna sin consultar primero
a
Dios,
y
sin
arregl arte en todo
a
lo que conocieres ser confotme
a
su
voluntad. No te fies de
tu
sola razon,
po~que:
·el amor
propio ciega. Jamás te resuelvas
a
hacer cosa de mont':l
sin el parecer de un prudente,
y
zeloso Dil'eél:or.
.
2
Examina si te dexas llevar con exceso del amor
de
tu
fam ilia,
y
de tus intereses
tempor~les.
Suele haber cier-.
tas predilecciones , ciertas preferencias de amor entre los
mismos hijos' queriendo
a
unos mas que
a
otros ; las qua"l'
les 11€nan las casas de zelos ,
y
de inquietudes. No son.
menos odiosas ni menos perniciosas en las comunidades las
amistades particulares. Todas es:;is distinciones, todas esas
preferencjas son efeél:os del amor propio. Tengamos sí .
amor
a
nuestros parientes '
y a
nosotros mismos; pero sea.
un amor
bien
ordenado. No seamos esclavos de la pasion, ,
y
entonces no cómeterémos injusticias. Dios debe estar
a
la frente de todo, que ese es el lugar que le corresponde.
Ahoga tambien al mismo tiempo cierta sensibilidad
ex~
cesiva: corrige cierto refinamiento . de delicadeza,
[y
de
bl'andura, que muestra bien el demasiado amor que te
tienes
a
tí mismo. Es el amor propio un enemigo sagáz,
y
doméstico, tanto mas digno de temerse , quahto menos
se desconfia de
él.
Quando nos lisongéa, entonces .nos
vende ;. camina siempre de acuerdo con las pasiones.,
y
sin cesar arma lazos
a
nuestra salvacion. Torna desde hoy
Ja
generosa resolucion de no contemp arle; de com,batir.--· ·
le,
y
de vencerle. En todo
se
introduce , en todo se insi""!'·,
núa; no hay que perdonarle en qualquiera parte en que
se halláre. Foméntase con nuestras convenienzuelas, con
nuestras comodidades;
y
asi corta con resolucion lo
que
no fuese ab$olutamente necesario para vivir. La mortifi- ·
· cacion le debilita ; pues determina desde lu'ego las que
has de praéticar. Es el suplicio del amor propio la monifi–
cacion de los sentidos. Prívate de todos esos gustos, que
solo sirven de hacerle mas orgullo o. No hay cosa mas
contraria
a
la verdadera .devocion , que el amor propio;
y
con todo eso no suele estar muy reñido con
mucp<?~
que hacen profesion di:! ella. Declárale desde luego una
perpétua gui;:rra.
DIA
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