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.·AÑO
CHRTSTIANO.
que Jesu-Christo es el Hijo de Dios vivo;
a
que Je u–
Christo es mi .Dios; podré avergonzarme de ser rec na–
cido por discípulo suyo
~
y
quando se defiere tanto
a
los
respetos humanos, en
p~rjuicio
del Evangelio, se conoce
verdaderamente
a
Jesu-Christo
~·
"
Hay obligacion de . confesar la Fé en presencia de
los Ti ranos , a pesar de las amenazas y de los su plici<;>s.
Aquellos que se avergüenzan de que los tengan por de–
vows , tendrian valor para hacer esta confesion
~
Cosa
extraña , no se querria morir con una
fé
titubt:ante ,
y
se vive por lo comun con una fé muerta
!
Quando se
examinan de cerca nuestras costumbres, se podrá. formar
por ellas una grande idea de nuestra
fé
~
PUNTO
SEGUNDO.
C
onsidera que hay una
fé
de pura razon natural' que
no se levanta sobre los sentidos, y consiguientemen–
te, que no es capáz de constituir un fiel verdadero. Lleno
está el mundo de esta especie de
fé;
pero sus luces son
muy naturales, y muy débiles para que puedan elevarse
hasta la divinidad.
·
Quién-dice por ahí el mundo
que es
el Hijo del
hombre~
preguntaba Christo
a
sus Discípulos. La respuesta que le
d ieron, descubre el carácter de la
fé
de los mundanos.
Unos, discurriendo por su modo de vida,
y
por su doc–
trina , creían que era Juan Bautista resucitado ; otros , re–
flexíonando únicamente sobre sus milagros,
se
persua–
dían que era Elías ,
ó
alguno de los Profetas. Quando no
hay mas
fé
que la
d~
una buena razon natural, no se ade–
lanta mucho con ella.
La
fé
es una luz sobrenatural.,
y
solamente los que
€stán iluminados de ella exclaman con San Pedro :
Tú
eres Christo, Hijo de Dios vivo.
Examinemos de qué. na–
turaleza es la nuestra. Es la
fé
en cierta manera la me–
dida del amor. Si amamos poco, vanamente nos lisonjea–
rémos de que creemos mucho.
Una
fé viva no está largo . tiempo sin recompensa.
B ienaventurado eres Simon
,
hijo de Jonás, porque no te
lo reveló la carne,
y
la sangre.
El Padre celest:ial es el que
comunica esta luz sobrenatural con abundancia ; pero
hará mucha impresion en una alma arrastrada de los ape-
ti-