ENERO.· DIA XVII.
que
ta·
criaron
con trincha·piedad,
Y'
dexando su casa, se
retiró
~
un sitfü no.
muy
distante del -Lugar: porque
toci~via
no se habia introducido la cóstumbre .de. que los solt-–
tarios viviesen muy separados de las poblaciones'
o
solos
en
los desiertos.
Escogio por guia y por Maestro,
et'll
la
puev.a ,carrer.a,
que comenzaba'
'ª
un santo viejo que desde su cjuventl4'
se babia· retirado
a
la soledad. Admiraron ai MaeSttró
l'dJi
ptogresos del discípulo. No sabía estar oCioso•
.E~pJeabar
en el opcio manual ,
o
en el trabajo de manos
'el
tiempo.
que no ocupaba en Ja oracion. Su humildad, su modestia,
su dulzura , su devocion, su··igualdad de árüm-o
le
hicie~:
ron tan acnablé
a.
todo~
los solitarios , que comunm.ente le
llamaban
el -amad.a dei .D ios¡_
·{
J
•
i-
E nvidioso ' el demonio de los progresos que hacía,
movió todas sus máquinas para disgustarle de la vida que
babia emprendido. Púsole delante de los ojos los grandes
bienes que habla abandonado ; la tlor de su juventud , la
debilidad de
su
temperamento, los peligros de su her
ma–na , la nobleza de su sangre , los horrores del desierto,
J.asmoles tias
y
riesgos de una larga soledad. Viendo fr
us–t.rados todos sus artificios , le atacó por otro camino ; pu–
so en exercicio todas las armas de la sensualidad, insultos .
de la imaginacion ; torpezas del pensamiento, rebeldías
de la carne ; pero Antonio .resistió con valor
a
todos estos
ataqHes:
y
para cobrar nuevas fuerzas, cqn que hacer
frente
a
enemigo tan peligroso y tan porfiado, redobló los
rigores de su penj tencia,
y
consiguió una completa victoria.
Desde entonces no comfa mas que una vez al dia.,
despues de puesto el Sol ; y no pocas veces pasaba tres
dias enteros sin probar bocado. Su alimento
~ra
_un po–
co de pan
y
sal, su bebidai un poco de agua ...,
su ·
cama
una es tera , su sueño casi ninguno ; porque pasaba en ora-
cion la mayor parte de la .noche.
·
.
Al paso que crecian sus' . austeridades , se aumenta–
ba tambien su fervor. Deseal'ldo negarse
a
toda comu–
nicacion humana , se fue
a
encerrar en una· sepultura ··
distante de la Ciudad , cuya puerta solo se franqueaba
a
un amigo suyo' que de tiempo en tiempo le traía al–
gunos
pane~;
pero alU . mismo le supo bal lar el demo–
nio. Queriendo Dios probar la virtud
y
la paciencia. de ,
04
su