ENERO.
DIA
VIII.
MEDIT ACION
DEL CUIDADO QUE TIENE DIOS
de
los
que le sirven con fidélidad y
confian~a.
PUNTO PRIMERO.
C
onsidera que nada se puede temer quando se entre–
ga el corazon totalmente
a
Dios,
y
se está siempre
con Dios. Puedese estár mejor que sirviendo
a
tan grande
Amo
1
Si
est~ñor
toma de su cuenta nuestros intereses;
si nos admite en el número de sus amigos ; quién nos po–
drá hacer
daño~
Ni
qué podrá faltar
a
quien ti€ne de su
parte
a
Jesu-Christo
~
Si
Dios
está lleno de misericordia
aun para con los pecadores ; qué bondad será la suya con
los que le sirven de veras
1
Qué ternura los profesará
~
La
pobreza, las persecuciones , las enfermedades , las cru–
ces , la
mi~ma
m_uerte , todo sirve
a
quien sirve
a
Dios:
El Señor cuida de mí,
dice el Profeta,
y
nada me fal–
t ará.
Haz
reflexíon
a
lo que pasó con . los Magos. Buscan
a
Dios ,
y
le buscan de buena fé. Está escondido Jesu-·
Christo : no importa ; ni por eso dexan de hallarle.
Jg-.
noran el camino,
y
el lugar de su nacim.iento ; y
es
cria–
do un nuevo astro para que les sirva de guia. Forja
el
zeloso Herodes malignos intentos contra ellos, y contra el
Niño que buscan para adorarle _,
y
un Angel los previene
.que se vuelvan por Otro camino. Si nosotros -no experi–
mentamos cada día efectos sensibles de una providencia
particular, es porque muchas veces nos
falta
la confianza,
y
la pureza de intencion. No buscamos
a
Dios puramente,
y
contamos dem-aisiado sobre nuestra
pru~encia
,
y
sobre
nuestras medidas. Somos siervos poco fi e1es. Busquemos
a
Dios sin rodéos, sirvámosle
sin
artificio, amémosle sin
reserva, nada neguemos
a
Dios,
y
experimentaremos
Jos
efectos de
su
providencia en la necesidad. Sirvamos
a
Dios
con
fidelidad ,
y
le serviremos
con
confianza.
P U N TO S E G U N DO.
C
onsidera con qué bondad provee el Señor las necesi–
dades de todos los que le
sirven.
Qué
maravillas no
F
4
hi-