D.EVOTOS.
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caminos
la
fid el idad de sus vasal los; promulgó Dia II.
leyes
prudentísimas para desterrar de ellos las bár-
baras costumbres , y para cortar con
la severi-
dad de las penas los robos , los homicidios , los
adulterios , las blasfemias , todo
genero de
im–
piedades y disoluciones ; formando una especie de
Código
para la mayor permanencia de estos r eg la–
mentos, en que comprehendió debaxo de cin- -
cuenta y cinco t ítulos ó capítulos, las mas saluda-
bles leyes•. Habiendo nacid·o · con él , por decirlo
así '
la caridad
y
la misericordia con los pol::;res,
tomó debaxo de su Real proteccion á las viudas
y
á
los huérfanos , proveyendo con una liberalidad,
de que hay pocos exemplares, á la
subsi~tencia
de
las famil ias r:iecesitadas ; todo con tanto orden, con
tanta prudencia y con tanto acierto , que se decía
comunmente que en su dichoso reynado no babia
pobres en Ungría.
Queriendo en cierta ocasion tener el c6nsue...
lo de dar la limosna por sus mismas Reales ma–
nos, se disfrazó para no ser conocido. Luego que
Je vieron los primeros pobres ·con un bolsillo lle–
no de dinero , que
llevaba para repartirle entre
ellos , .se abalanzaron á él brutal
y
atrevidamente,,
arrojaronle en el suelo , patearonle, ma1trataronle,
y
arrancandole el bolsillo con violencia , se pusie–
ron en precipitada fuga. Dexóse ultrajar el santo
Rey sin desplegar siquiera los labios,
y
levantan.,
dose todo cubierto de lodo no menos que de
con~
tusiones
.á
violencia de Jos
golpes~
vuelto
á
la San–
tísima Virgen, su -querida Madre , la habló de es–
ta manera :
Bien veis, ó Reyna de Jos Cielos,
m.i
So·