EXERCICIOS
Diciembre. una Madre Virgen, nunca parecieron, ni se hicieron
conocer mas sensiblemente; este gran misterio jamás
se manifestó mas claramente. Si las humillaciones es–
pantosas del Verbo divino son un gran motivo de ad–
miracion; la sublíme elevacion de María á la augusta
qualidad de Madre de Dios, no nos descubre menores
µiaravillas. Una Virgen concibe en
tiempo
al mismó
Hijo que
Dios
Padre engendró ante todos los siglos.
María es propia
y
natural Madre de
Dios;
y
por esta
divina maternidad tiene dominio sobre su Dios ,
y
Dios
está sujeto á María.
Utriúmque stupor., utriúm–
que miráculum,
exclama San Ber nardo; dos grandes
prodigios: un Dios con obligaciones para con María,
como los demás hijos naturales las tienen para con
sus madres; María posee, resp'eéto de este Hombre
Dios , toqos los derechos que tiene una madre sobre
su hijo,
y
todos los bienes., por decirlo así, de este
hijo, como corresp nde
á
una madre. No nos pasmé–
mos despues de esto , si oímos decir
á
San Agustin,
que entre las puras criaturas ninguna es igual
á
María.
Rica con los bienes de su hijo, inferior
á
solo Dios,
~erá
siempre superior á los magníficos elógios de los
Angeles
y
de los hombres:
Q uidquid humánis potest
dici verbis, minus esta laude Vírginis.
El
Evangelio es del capítulo
1.
de
San
Lucas•
.
I
N
illo témpore: Missus est AngelusGábriel
aDeo
in civitátem Galiltete, cui nomen
N
ázareth, ad
Vírginem desponsátam viro.,cui nomen era :Joseph, de
·domo David
&
nomen Vírginis María.
Et
ingrés-
'
/
sus Angeius ad eam dixit; Ave grátia plena, Do.-
mz-