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EXERCICIOS
Junio.
ingenuida~,
que' en
el
esp1cio de seis meses solo se
habria distrahído
á
su parecer , como por
el
tiempo
de un
Ave Maria.
Temiendo
el
superior que
101
grainles dolores¡de cabeza que p1deci6 toda la vi·
da fuesen efeélo de su intensa aplicacion á la ora·
cion ' le suspendi6 este exercicio por algun tiempo; pe·
ro fue peor
el
remedio que la enfermedad.
No sé qué
hacer
,
decia
el
Santo con gracia :
rná11d.111rne que no
piense en Dios, porque
110
me haga d.iño
á
/11
cabeza;
y
rnt le hace mucho mayor el trabajo q11e mt cuest,1el
no pensar.
Casi desde la cuna tuvo un don de ora·
oion muy elevado, siendo Dios su principal
y
aún
su
único Maestro. Quando
el
célebre Cardenal
Be·
laririino daba
el
exercicio
á
los hermanos estudian·
tes. del Colegio , en tocando ciertos preceptos
6
re·
glas de meditacion , salia decir :
Esto lo
aprendi
de
nuestro
Luis.
,
'Tenia· tan mortificados todos sus sentidos, que
parecia haber casi perdido el uso de
ellos.
Frcqüen·
raba muchas veces alguna pieza
ó
algun sitio , y
no ·podia <lar señas de
él ;
mio hacía reflexion
á
lo
que. comia., para escoger lo que era mas ingrato al
paladar ; de manéra, que la mortificacion era siempre
la salfa de su comida. Era tan detenido
en
el
ha·
blar, que tocaba la raya de escrúpulo su circuns·
peccion ; mas no por eso dexaba de ser muy diverti·
da su conversacion , ni le faltaba una sal muy deli–
cada
para
sazana.rla. Juzgando los Superiores que
<liria bien á su salud
el
ayre de Nápoles ,,le envia–
ron allá para acabar los>estudios, cuya aplicacion
en nada entibi6 su fervor. Como era de un inge–
nio pronto delicado
y
perspicá , sobresali6 mu·
cho