384
VrnA
DE LA.
mal a1ojadcíf que en el establo ; el día dos ·de Febrero
la Santísima Virgen
y
San Joseph, religiosos observan–
tes de
la
Ley , fueron
a
Jerusalén
a
cumplir la cere–
monia legal de la Presentacion del Hijo
y
de la Purifi–
cacion de la Madre.
Es evidente , que la ley de la Purificacion de nin–
gun
modo hablaba con Maria , la qual habiendo con..:
cebido unicamente por el Espiritu
San~o
,
y
ha–
biendo logrado ser madre sin dexar de ser virgen , na
podia tener necesidad de purificarse : y por consiguien–
te , no estaba comprehendida en una ley que .solo se di–
rigía á las mageres ordinarias. Toda purificacion supo–
ne alguna mancha;
t,
pero que impureza podía haber
en la que , sin dexar de ser virgen , babia logrado ser
madre , dice Sau Agustín? ·
i
UndJ sordes in Vfrgine Ma–
g-f'a?
t,Qué
mancha en aquella, en quien el Verbo
Di–
vino se hizo carne'? Maria , pues, estaba absolutamen–
te dispensada de esta ley ; pero basta q_ue fuese este,
uq
aéto de humildad
y
de religion , para creerse obli–
gada
a
cumplirlo , sin atender
a
su calidad de Madre'
de
Dios
,
ni
a
su privilegio de virgen ;
vé
que el mis-·
mo Jesu-Christo se había sujetado
a
la ley humillante
de
la
Circuncision ; no es razon , pues , dice , que me
dispense
yo
de la purificacion legal , .quarenta dias de¡..
pues de mi parto.
En
conseqüencia
de
esto ,
se
füe al
Templo con su
querido Hijo en los brazos , ofreció al Señor dos
pi–
chones , como la ley lo ordenaba , respeéto de los po..
brei , pues
_Maria
jamás se avergonzó de serlo ;
~ó
tambien cinco siclos , lo que hacía como unas quatro
pesetas de nuestra moneda , por el rescate de aquel que
babia de
iu.molane
un
.día
.en la Cruz
por
la
redencio~
de