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Vr.DADE LA
perfeélameute todas las promesas
y
profecías. Fue co–
mo
a
medf!J noche del día
2
5. de Diciembre del año
4000
del mundo , quando parió la Santísima Virgen;
.y
desde entonces fue este dichoso dia la primera época
de la Era Christiana.
No es posible comprehender qua les fueron los sen–
·timientos de gozo, de venerncion y de ternu ra de aque–
lla dichosa madre , al tener por Ja primera vez en sus
· brazos
a
aquel Divino Nino ,
a:
quien adoraba y reve–
renciaba como
a
su Dios , y
a
quien amaba como
a
su
unico hijo. A la verdad este gozo se hubiera disminui–
do en parte por la indignidad del lugar
a
que su pobre–
·za la babia reducido , si ilustrada de una luz sobrena -.
tural , no hubiera descubierto todo el mysterio de una
p rnvidencia tan eKtraordinaria. Pe ro como madre ,
y
la mas tierna de las madres , no dexó de sentir todo lo
,que su estado ocasionaba
a
su querido hijo de incomo–
didad y humillaciones. Es verdad que la llegada de
los Pastores,
y
poco despues la de los Reyes Magos,
·la consolaron bastante , viendo que mientras que el
-ínundo recibía tan indignamente al Supremo Señor del
Universo , todo el Cielo corria
a
tributarle sus adora–
ciones
y
sus homenages ;
y
que mientras que viniendo
Dios
a
su propria heredad
y
:i
su propria casa , no era
recibido de los suyos ; unos Principes estrangeros ve–
nían
a
adorarlo '
y
a
reconocerlo como
a
verdadero
D ios, como
a
Rey de los Judíos, como al Mesías.
La Santisima Virgen quiso saber individualmente
de los Pa tares
y
de los Reyes Magos quanto les babia
sucedido con motivo del nacimiento de su Divino Hi–
jo , sin perder ni una circunstancia de todo lo que oía
conta r de milagroso
y .
extraordinario ; todo lo qual lQ
me-