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V10A.
DE LA
Si
quiere santiñcar
a
su Precur or
aun antes
de ·nacer,
le hace e
?
pr im ra gracia por medio de Maria. Si
h a de manifestarse al mu do con el prime ro de su
mi–
lagros , c .
nvirtiertdo
el
agu1
en vino
en
las bo
s
de Can á
1 ,
espera
q
e M rfa s
lo pida ;
q
ierie dl>
da rnos
a
entender e · a est
, dice n l
S uto Padres,
que a i c m
no
q'
is
da rse
a
no
tros
ino p r
medi<>
de
M.1ria ,
tampoco quie re q
ie
recibam
s
sus gracias
sin
p r m dio de esta Señora.
N ihil nos D
us
habére
vóluit
,
quod
per
M arlce
manus non transfret.
Al
representarse San Ambrnsio esta célebre
v1 ita,
s{!ñalada con
t
ntos m isterios , profecías
y
prodigios,
es tanta su admiracion ,
que-
no
puede
menos de ma–
nife tarla. Isabe l , dice e te Padre , e
la primera que
oye
la
voz
de M:iria ,
y
J
an siente y experimenta at
mi mo tiempo la 'gracia de Jesu-Chri ro. L a
dos MaJ..
dres publican exteriormente las
maravillas
de
la gra·
cia.
,
y
Juan experimenta dentro
los
efeéh>s. ·
Jesu–
C hrtsto
lle l a
a
San Juan
de
la gracia' aligada
k1
mi–
ni te rio J de
Pt~cursor
,
y
San Juari an rlcipa las fun- •
ciones de
~u
m'inisterio por
un
duplicado mil gro :
fi.,.
1
nalmente , Ma ria
e
Isabel , concluye San Ambrosio,
animadas interiormente del espiritu de sus hijos ,
ha–
c<?n cle
·su
conve,rsac1on
una série de oraculos
y
de
prof.eclai.
·
1
•
§.
XVIII.