SEñoR
NUESTRO.
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tareis hueso alguno :
Os ejusnon confringent.
Estas pa–
labras se dixeron del Cordero Pasqual , Je era figu–
ra del Salvador inmolado por los hombres ;
y
conte–
nian
al
mismo tiempo una profecía de lo que había
de
sucederle
a
Jesu-Christo.
Mientras que pasaba esto
en
el Calvario, Joseph
de
'Arimatea, qtle era
un
hombre muy rico
y
distinguid()
entre los Judíos,
y
Discipulo de Jesus, aunque ocul–
to
por temor
a
los Judíos '
y
que no había . tenid<>
parte en la tiranía de los Judíos contra el Salvador, se
fue
a
Pilatos con grande osadía ,
y
le
pidió le permi–
tiese dár .sepultura
a
Jesµs. Habiendoselo concedid()
Pilatos, Joseph y Nicudernus , otro Discípulo oculto
del Salvador, desenclavaron su adorable Cuerpo ; lo
baxaron de la_Cruz,
y
habiendolo embalsamado,
s.in.
temer la indignacion de los Príncipes de
la
Synag<!>ga,
los que constenrndos
a
vista
de lo
que había socedido
~n
aquella muerte:, de la que el Pueblo empezaba
a
murmurar mucho' no se atrevieron.
a
oponerse ' lo
envolvieron
en
una
sab~na
nueva,
y
lo pusieron en
un
Sepulcro
que
Joseph había 'hecho labrar para
si
poco tiempo había en una
peña, en un
huerto suyo
que no estaba lexos del Calvariq;
y
habiendo cerrado
el
sepulcro .con una piedra muy pesada, cortada
y
he–
cha expresamente
para
cerrar la entrada ,
o
boca
del
Sepulcro ,
:~e
retiraron. Las devotas mag.eres ., .espe–
·dalmen-te Magdalena , habiendo observadq .el
sitio
donde había sido puesto el sagrado Cuerpo , se
vol–
vieron
a
Jerusalén 'con intencion de volver
a
embal–
·samarlo , luega que hubiese pasado
la
solemnidad
dH
Sabado.
Queriendo Dios que
lá
Resurreccion
del Salvador
·
fue-