SEñOR NUESTRO.
11::====~================~~==~1cf~==~
§.
LX
1 l.
LA
RES ·URRECCION GLORIOS A
de Jesu-Christo.
1 ,
A
U
nque las Santas Mugeres estaban impacientes
por ir
a
tributarle
a
J
esu-Christ:o sus últimos..0b–
Lsequi0s, sin embargo, se estuvieron quietas todo
e l · Sa~
'hado, que era dia de fiesta
y·
de desca QSO: -peto Jlo mis–
mo fue ponerse el Sol, es decir
a
las seis de
la
tarde,
~ tiempo
en que se acababa la fiesta, que MariaMagda-
leHa
y
SUS' compañeras fueron
a
COm-prar aromas para
. embalsamare! cuerpo del Salvador. Lasantaimpacieñ–
éia en que estaban de satisfacer su devocion, hizo que
partiesen de casa al amanecer, que era
la
mañana del
Sabado; ( segun el uso de los Judfos, entre los quales
el dia se componía de la tarde
y
de la mañana siguien–
te) salieron , pues, de casa el Domingo por la mañana;
el que se llamó desde entonces el dia del Señor, por ha–
ber resucitado en él el Salvador. E n el camino se de–
cían unas
a
otras: t,Quien nos quitará la piedra que
cierra
la
puerta del Sepulcro, pues es tan pesada, que
muchos hQmbres apenas podian arrastrarla -qua ndo
fue menester cerrar con ella el Sepulcr0'? Pero
a
quien
ama verdaderamente
a
Dios,
nada le parece i rnpos ible–
Por mas prisa que se dieron , no llegaron al Sepulcro
hasta despues·de salido el Sol. El Salvador había
yá
salido de él vivo, glorioso
y
triunfante;
y
se había
yá
a parecido
a
su Madre, como se dirá mas abaxo,
y
mas
largamente en la vida de la Santísima Virgen.
Se
I