DEVOTOS.
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ciones ·desecantes, ese estudio sombrío de ese hom-
D.E
P
AsQuA.
bre que quiere ser mas , de esa persona que quiere
hacer fortuna. Discurrid por todos los estados, en
el Comercio , en la Corte , en casa de los Grandes,
entre el ínfimo pueblo ; la ¿abiduría humana , la
propia industria, el apoyo
de
los hombres,
el
fa-
vor, la habilidad , son l9s ídolos
á
quien
se
ofrece
incienso ; son
el
oráculo
que
se consulta ,
y
en que
se tiene puesta roda la
confia~za
; por lo que toca
al Señor, no
se
cuenta con
él para
nada. Esas gen-
tes
de
negocios, embarcadas en un mar Heno de
escollos,
y
famoso en naufragios,
<
consl,lltan mu-
chos al
Señor antes
de meterse en alta mar?. ¿ todas
esas personas , que se forjan tantos sistémas
de
en–
grañdecimiento
y
de fortuna ,
se
diri,gen
á
Dios
en
t,odas sus ambiciosas empresas?
En
nada menos se
piensa ; se cuenta poco sobre sus socorros
y
su pro·
teccion. Se emplean todos los medios humanos,
y
se dexa
á
los devotos que echen mano de los divi.;
nos, sobre los quales cue¡itan.
Que
los Paganos
no .
estriben
sino
sobre su
prudencia_,
qo .
!Jay
q?e
ad..
mirarse; tienen por divinidad
á
la fortuna; pero
que
los Christianos tengan
l~isma
conduél:a , ¿no
es
esto
una
impiedad
horr~nda,
l;Jlla
irreligion
~exe- ·.
crable?
Y
despues de esto nos pasmamos de las
1::x-
trañas reveluciones que suceden ; pasmémonos to-
davía mas de las
que no
suceden;
el
castigo
de ellas
le reserva
Dios
para la
otra vida•
•
..
El