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EXERCICIOS
· IV.
DoM.
que han errado en n·o haber querido creerle:
De
peccáto
quidem
,
quia non
credidérunt in
m1.
Este
mismo Espíritu Santo les convencerá tambien de
la
justicia
é
inocencia del Hijo de Dios, hacien–
doles ver que aquel que condenaron tan injusta..
mente
á
muerte , resucitó
y
subió
á
los Cielos para
reynar eternamente con su Padre:
De justítia vero
q.uia ad
P
atrem
vado.
Finalmente , convencerá al
mundo
y
á
todos sus sequaces de la equidad del
juicio, pronunciando contra el demonio que se ba–
bia arrogado el imperio del mundo , en donde rey–
naba con tanta tiranía,
y
se babia hecho erigir tan–
tos altares; conocerán quán justo ha sido que el
reyno de este tirano haya sido destruido , abolidas
sus perniciosas
é
injustas leyes, condenadas sus fal–
sas máxl'mas,
y
su poder extinguido, no solo por ·
Ja destruccion de la idolatría , sino tambien por el
establecimiento de una R€ligion santa, que sérá la
o.bra mas perfeél:a que salió jamás de la mano del
Espíritu Santo, siendo al mismo tiempo este el–
fruto de la predicacion del Evangelio:
De
judício
¿¡i1tem
,
quia princeps _htfjiu mtmdi jam judicátrts
1st.
Estos son los
tres~1ncipales
efeél:os de la veni·
da del Espíritu Santo, que yo os enviaré:·
Arguet
m1md11m de
peccáto,
&
de justÍtia
,
&
de
judício.
Convencerá al mundo. del pecado de los Judíos,
y
del de todos aquellos que no han querido creer en
mí , despues de tantas pruebas claras
é
incontesta–
bles de mi divinidad;
convenc~rá
al mundo de la
justida , haciendo ver
á
los Judíos ,
y
á
los Paga–
nos , que no babia justicia ni verdadera virtud
fuera de la Religion. Christiana; convencerá final-
men-