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4
I
DEVOTOS. ·
8r
a
quien ha enviado para que sea el Mesías ' el
P1;0- de
Pasion.
feta tanto tiempo esperado ,
y
el Salvador de lo.s
hombres
~
No alega Jesu-Christo en este lugar 1as
palabras del Salmo 8
I:
sino para confundir
a
los Ju..
díos , no par.a explicar en qué sentido ha tomado
y
se ha atribuido
la
qualidad de Dios. Si no hago obras
de Hijo de Dios, de Mesías, de
un
hombre Dios, no
me creais ; vengo bien en que digais que
soy
un blas-
femo. Pero si las hago ; dad
a
las obras la
fe
que ne-
gais
a
las palabras ; reconoced que una vez qu
golas misma_s obras que mi Padre, tengo• el mismo
poder,
y
por consiguiente
la
misma naturaleza:
y
asi
reconoced que mi Padre está en m.í,
y
Yo en mi Pa-
dre;
y
que mi Padre
y
Yo somos una misma cosa.
Apelo
a
mis obras, vosotros sois tesdgos de ellas,
y
no me podeis negar que todas tienen el caráéter de
divinas. Los que son reos, divino Salvador mio,
de
fa
mas horrible blasfemia , son
esos
mismos
Judío$
que os acusan de blasfemo; pues no pueden nega..
ros la qualidad de Hijo de Dios que vos os atribuís,
sin pretender que Dios puede autorizar con los mas
evidentes milagros la mentira
y
la impiedad. Admi--
remos aqui la Sabiduría
y
1a
snave providencia
de
nuestro Dios, que no ha querido obligarnos
a
creer
unos misteriós que son sobre
1a
razon , sin haber
hecho ames él mismo en confirmacion·de ellos obras
que exceden al poder de la naturaleza. Despues
de
esto
¡
qué no
deb~n
temer esos espíritus indóciles,
que no son incrédulos, sino porque la corrupcioq
del corazon ha cegado
y
abrutado su
éspíritu
!
Tom. IIL
L