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EXERCICIOS

Martes

palabra~

y

yo prornunpo en quexas,

y

expeihnento

vivos sentimientos de veng:mza, desde

el

momento

-que me imagino que n<?

se

me hará tanto como de–

seo

!

~Creeré

siempre

lo

que acabo de meditar, sin

<que me enternezca la vista de una verdad tan tier–

na?~ ~é

me anuncia

mi

insensibilidad

?.

PUNTO

11.

C

OnsicL~ra,

que es preciso

que las penas de Je.;

su-Christo en

el

Huer~o

hayan sido excesivas,

·pues de todas las penas qne esce

Divino

Salvador

padeció en su Pasion,

se

puede decir, que esta

fue

·la

única de que

se

quexó.

No aguarda

a

que

_;SUS

verdugos vengan

a

derra-

mar su sangre ; quiere convencernos que él mismo

~se

entrega,

y

se

sacrifica voluntariamente por la sal-

1vacion de los hombres.

¿

Escoy yo

bien

convencido

de ello?. Hace del

1

ugar de su oracion un Altar

,

q

ne

rocía con su sangre; el amor es propiamente quien

hace aquí el oficio de Sacerdote; este amable Salva–

dor, postrado .sobre su Altar, es

la

víétima de e te

-doloroso Sacrificio;

y

el

ardor de que está abrasado

su corazon,

es

el fuego , que

la

consume; tod esto

se

hace

J_JOl"

mÍ; por

mi

amor

es

por quien se vá

a

ha•

cer este sangriento Sa-crificio.

Bien se conoce, Di'vino Redentor mio, que vues·

tra Pasion es efeéto de vuestro amor ;

solo

mis

infi–

delidades

y

mi ingratitud no .son de vuestra eleccion;

son sí la materia

y

el motivo de vuescra mortal cris..

teza.

~

No

son

ell~s

e!

~aliz

demasiado amargo que

Je-: