Lnnes
2.
I l
..
EXERCICIOS
había aceptado el Salvador todo esto : Hé a·qttí,
Dios mio, qne vengo
pa~k
hacer tu voluntad
(a) :
El Señor , añade el Profeta , es mi Proteétor.
~~é
tengo que temer
?
No
es
posible que
yo
sea con–
fundido.
Pre~enté
mi cara con'lo ttna piedr:a ·muy
anra,
y
sé que ninguna cosa me hará •titdbear. El
que me justifica está junto
a
mí' yo soy insepa–
rable de él ; acusenme enhorabuena , calumnienme,
condenenme; mi Juez conoce mi inocencia,
y
es~
ta
de mi
rte. Seré
opri~nido
a
los ojos de mis
1
e.n~migos'
pero ·asegut.aclo de
la
proteccion del
Ah
tisimo , esta opresion 'exterior será la materia de
mi gloria :
Scio quóniam non confúndar. Esto
lo ex–
plica , aún mas , el mismo Profeta , qnando Jia.;
blando del ' Mesías , prosigu·e diciendo :
Si
posue–
rit pro ·peccatr¡
·anirham
suam
,
videbit
sdnen
lon–
gtevum
:
~n
dando su vida en sacrificio por el pe–
cado , verá durar su ·descendencia hasta mas allá
de los . siglos.
C('.)m01
~i
dixera ·; pues ha ·gustado
entregarse,
y·"
Sufi-.frJa
muerte •por
Ja.
salvacion de
los hombres , todos los hombres se han hecho sns
siervos ,
y
sus hijos , comunicandoles
la
calidad
de hijos de Dios por
Ja
gracia que les infunde. Y
por un pequeño pueblo que ha rehusado reconQ-lo
cerio por su Salvador , por su Rey ,. por el Me–
sías , será reconocido por tal de todos los pueblos
<le la tierra ,
y
se verá consrituído cabeza de
la
Iglesia Christiaoa , que debe subsistir aún mas allá
de los tiempos.
Ste-
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Is.
B·
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1