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ABRIL.

tnismo las necesidades nus urgentes

de

la Iglesia,

y

pro–

veyendo

á

otras por medio de sus Legados.

Cat)sa admiracion

q

1e aquel Santo PontÍfice de una

salud tan débil ,

y

tan quebrantada con ·tantas

fatiga~

y con–

tinuas enfennedades pudiese atender solo

a

las necesidades ·

de toda la Christiandad ; hacer tantos. viages ,

y

añadir

á

sus

trabajos apostólicos asom,brosas penitencias que continuó

hasta la tnuerte. Movido de su vigilancia pastoral enlpren–

dió tercer viage

a

Alemania el año de

1052.

para conci–

liar

á

Andres Rey de Ungría con el En1perador Enrique.

Despues de haver cangeado con el Emperador la Ciudad

de Bamberga , y la Abadía de Fnld, que havian sido cedi–

das

á

la Santa Sede, por la CL1dad de Benevento y sus de–

pendencias , vino

á

celebrar un Concilio en Mantua y otro

en Rmna contra el cisma de los Griegos.

·

Por este tiempo, no pudiendo suftir ·el Santo Pontí–

fice los -desórdenes que los Nonnandos causaban en la

Pulla , suplicó al Etnperador que enviase tropas para echar–

los de aquella Provincia : pero fuéron derrotadas en la pri–

l11era .campaña, y el mismo Santo Pontífice fué sorprehen–

~ido

en el camino por los Jnemigos de la Iglesia y de la

qnietud pu b ·ca, hecho

pri~1o11ero.

Admirados los Norman–

dos de la magestad

y

de la suavidad de nuestro Santo, le trata–

ron con el mayor respeto. De órden de su Príncipe ó

Capitan Hunfrido fué conducido

á

Benevento con tnu–

cho honor.

Allí

estuvo cerca de un año , cuyo tiempo

e1~1pleó

en· la meditacion, en la oracion, y en amnentar

el

exercicio de las

pe~itencias

, que llegáron

á

ser excesivas.

Ayunaba con mucho rigor los 1nas de los días ; vestia sietn–

pre un áspero silicio , y no tenia mas catna que

el

duro

suelo , en que extendia una sola alfombrilla , sirviéndole

de almohada una piedra. Todos los dias celebraba el santo

Sacrificio de la Misa , y dexaba continuan1ente el Altar re–

gado de

la

grimas ; lo

resta~1te

del

tiempo le empleaba en

~

los negocios de la Iglesia ,

y

en obras de caridad.

Crec1a su fervor al paso que sentia se le iban debili–

-tando las fuerzas. Saliendo una noche

a

hacer oracion

a

un

Oratorio algo distante de

sn

quarto ,

con1o lo

hacía en

Ro-