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to, nombrado Anlnías, hombre de gran piedad,
y
ve-
Día
XXV.
ner~do
por fu virt ud haíl:a de los mifrnos Judios. Ap:i-
reci6fele
el
Señor en una viGon,
y
le .mandb que fuefo
a
la calle derecha ,
y
que bufcáfe en ella
a
cierto hom-
bre llamado Sanlo , natural de Tarfo,
a
quien
lullada
en oracion. Efpantado An:rnías al eco folo del nombre
de Saulo, replicb aturdido :
Cómo, Señor
!
Si
he
oído
decir
a
muchas pcifonas
que
efe hombre
ha
hecho aran-
des
males
d
vu~/fros
Santos
en ]erufalén.
Aun
thora
tt·ae amplifsimo poder delos Príncipes de los Sacerdo-
tes
para
meter en la
carcel
d
los
que invocan
vueflro
Janto
Nombre. No
importa ,
( le refpondió el Señor)
vé
d donde
te
mándo
:
efe
hombre
yá
es
un
vafo
de
tleccion , efcogido por
mí
para
que
predique
mí
Nom-
bre
delante de las
Naciones,
delante de los Reyes
de
la
tierra
,y
delante de
las]~dios
de
f
frai:l Afs i,
y
á
le
tengo
meftrado
y
prevenido to
mucho que
ha
de
pvide...
•
éer por mi amor.
'
Al mifmo rie1npo que
el
Salvador eíl:ab:i declaran–
do eíl:o
a
Ananías, eíl:aba Saulo viendo en efpíritu, que
un
hombre llamado Ananbs entraba en
Cu
quart:o ,
y
ponía las manos Cobre
él
para que recobráfe
la
vifbt .
Obedeci6 Ana.nías
a
Dios fin dilacion , lleno de
fé
y
de confianza. Fue
a
bu fc~u
a
Saulo en
el
lugar
don~
de
fe le luvia íeñalado ;
y
poniendo las manos
Cobre
él ,
le dixo :
Saulo,
hermano,
el
Señor Jefus ,
que Je
te
apareció
en
el
camino por
donde
venías,
me
ha
en–
viado aqui P,ara
que
te
reftituya
la vifta,
y
para
que
feas
lleno
dél
Efpíritu
Sant9.
Al miíino ti empo fe le
cayeron de los ojos como unas efcamas,
y
comenzó
a
vér
con toda claridad. Levam6íe lleno de alegria,
de admiracion ,
y
de los mas vivos Ccntimienros de
Ddd
i.
gr.t~